Antigua plaza de la Villa de Mesones. Acuarela realizada por #eserranocreaciones
LA HISTORIA “OCULTA” DE MESONES DE ISUELA (*)
El libro, “COLECCIÓN DE TEXTOS ALJAMIADOS”, publicado por Pablo Gil, decano de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, Julián Ribera y Mariano Sánchez, Zaragoza 1888, dice:
No hace muchos años que en Mesones, pequeño lugar de esta provincia, hubo casa cuyo hogar fue alimentado en largas noches de invierno, y calentados sus pucheros por espacio de algunos meses, con los pergaminos, papeles y libros forrados de cuero y madera que se descubrieron en el parcial derribo de una casa (1).
(1) Averigóse luego, y ya era tarde, que debieron ser quemados y destruidos sobre 200 volúmenes árabes y aljamiados, a juzgar por el espacio que vimos ocupaban; solo se salvó un libro alcoránico. Los notables del pueblo no supieron darse cuenta de aquel importante hallazgo.
La historia de los musulmanes en España es fascinante y compleja. En el año 711, los musulmanes liderados por Táriq ibn Ziyad cruzaron el estrecho de Gibraltar y comenzaron la conquista de Europa.
En pocos años controlaron gran parte de la península, estableciendo después el majestuoso Califato de Córdoba.
Durante los siglos VIII-XV, Al-Ándalus, como era conocida la tierra de la península Ibérica bajo dominio musulmán, se convirtió en un epicentro de florecimiento cultural, científico y artístico.
Sin embargo, el equilibrio del poder comenzó a cambiar con la “Reconquista”. Los reinos cristianos iniciaron una larga y ardua campaña para conquistar territorios y salir, primero, de la pobreza y, después, hacerse ricos. Entre estos territorios se encontraba Mesones, que fue incorporado a la cristiandad tras la toma de Calatayud por Alfonso I el Batallador en 1120. La Casa de Luna, con D. Lope López de Luna a la cabeza, fue fundamental en esta empresa, tomando control de los pueblos a lo largo de los ríos Aranda e Isuela, avasallándolos para el rey y dejándolos poblados con los mudéjares que ya vivían aquí.
Ya en 1492 los Reyes Católicos tomaron Granada, el último bastión musulmán en la península.
Sin embargo, la convivencia pacífica no duró. Entre 1500 y 1526, los musulmanes bajo dominio cristiano fueron obligados a convertirse al cristianismo, convirtiéndose en "conversos" o "cristianos nuevos". Muchos de ellos, sin embargo, continuaron practicando su fe en secreto.
La situación se tornó aún más sombría entre 1609 y 1614, cuando Felipe III ordenó la expulsión de los moriscos, descendientes de los musulmanes convertidos. Aproximadamente 300.000 moriscos fueron expulsados de España, incluyendo 67.000 de Aragón.
Mesones de Isuela, que era habitado en su totalidad por moriscos, quedó desolado. El verano de 1610 fue especialmente sombrío para los moriscos de Mesones. A finales de julio o primeros de agosto todos tuvieron que dejar Mesones.
Antes de la expulsión, una familia de Mesones escondió detrás de una pared su valiosa colección de libros. Esta colección, compuesta por más de 200 escritos en aljamiado y árabe, contenían sabiduría ancestral, poesía, tratados científicos y textos religiosos. Todos partieron con el corazón roto, pero con la esperanza de que su herencia cultural sería algún día recuperada.
Los años pasaron y la historia de los libros escondidos se desvaneció. Fue cuando en las obras de renovación de una antigua casa de Mesones, que se redescubrió el tesoro oculto. Esos más de 200 libros, pergaminos y papeles aljamiados y árabes vieron la luz nuevamente. Sin embargo, los dueños de la casa, desconocedores de su valor, utilizaron todos estos documentos como combustible para calentar los pucheros en su hogar. Solo uno de estos libros pudo salvarse, un libro alcoránico, aunque se desconoce su paradero actual.
La literatura aljamiada, escrita en español con caracteres árabes, es un testimonio de los esfuerzos de los últimos musulmanes españoles por mantener viva su fe en tierras cristianas.
Los documentos aljamiados de Mesones, que una vez revelaron la vida cotidiana de los moriscos, mostraron cómo estos habitantes continuaban sus tradiciones y fe en silencio, adaptándose y resistiendo las duras circunstancias. Estos textos incluían cartas de amor, recetas de cocina, manuales de medicina y relatos de aventuras que pasaron de generación en generación.
A pesar de los desafíos, los moriscos mantuvieron viva su identidad y cultura. Los documentos perdidos y aquellos que se salvaron se convirtieron en símbolos de resistencia y preservación cultural, recordando a todos que el espíritu humano siempre encuentra formas de florecer, incluso en las circunstancias más adversas.
La historia de los libros aljamiados de Mesones es un testimonio del frágil hilo de la memoria y cómo lo más valioso puede perderse en el olvido, solo para ser redescubierto por aquellos con la curiosidad y la pasión necesarias para desenterrar el pasado.
Esta historia refleja también la complejidad y la tensión de las relaciones entre diferentes culturas y religiones en la península ibérica.
Deciros, que esta es una historia real, perdida y olvidada, que ocurrió en Mesones hace varios siglos, y que aquí os la transmito para que jamas ya se olvide, pues es nuestra historia, que debemos conservar.
*: También, en el libro “HISTORIA DE LA SIEMPRE AUGUSTA Y FIDELÍSIMA CIUDAD DE CALATAYUD”, se dice:
La ribera del río Aranda, desde este pueblo donde nace, hasta Arándiga, en que termina, quedó poblada de exáricos y mudexares en ambos pueblos y en los de Brea, Illueca, Gotor y Jarque; los cuales, con algunos otros inmediatos, eran de la poderosa casa de Luna. El nombre mismo de Jarque, en lo antiguo Xarque, recordaba la raíz exarik, y a los exaricos de aquella tierra.
Nada tiene de particular que se encuentren por allí Koranes y otros libros de devoción musulmana. En Mesones se encontraron varios papeles aljamiados, muy curiosos, y del tiempo de la expulsión de los moriscos (2)
(2) Adquiriólos el Sr. Quinto y perecieron en el incendio de sus libros y papeles, que hicieron algunos fanáticos en el pronunciamiento de 1854; otros conservó el Sr. Gayangos.
La Real Academia de la Historia conserva los manuscritos aljamiado-moriscos que pertenecieron a Pascual Gayangos (importante coleccionista en España de documentos aljamiados), que fueron ingresados a finales del siglo XIX en la biblioteca de esta Institución; formaban parte de la rica colección oriental que Gayangos había formado y que fue adquirida por el Estado español en 1896 en la cantidad de 60.000 pesetas. Por el propio Gayangos conocemos la procedencia de algunos de sus documentos, como Morés o Borja. Pero, a ver quién descubre los de Mesones.
Documento aljamiado
Habrá que tener cuidado cuando se hagan obras en casas antiguas de Mesones. Aún tiene que haber muchos libros escondidos.
ResponderEliminarUn artículo fantástico.
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