EL ORIGEN DEL APELLIDO “PÉREZ” DE MESONES
Pérez es un apellido patronímico español muy común en España e Hispanoamérica. Deriva del nombre de Pedro más la terminación ez, que como otros apellidos patronímicos terminados así significa "hijo de", por lo que su significado es "hijo de Pedro".
Como otros apellidos patronímicos, no tiene un único origen común, y hay más de sesenta escudos distintos de este nombre, dependiendo de la zona de origen y de la familia.
Es el octavo apellido más frecuente en España y lo llevan en primer lugar 777.950 personas.
EL ORIGEN DEL APELLIDO “PÉREZ” DE MESONES
PÉREZ.- Lo vimos en los primeros años de la repoblación con los nuevos pobladores Domingo Pérez, mayor y menor, y Miguel Pérez (llegados de Aluendilla y de Calcena) por ello, estará con frecuencia al final de las líneas genealógicas, cerca en números de algunos, incluso, como Molinero; sin embargo, no fue un apellido con fortuna en Mesones, como muchos otros, desapareciendo muy pronto de las inscripciones parroquiales y de los censos de población.
Lo volvimos a ver, mucho después, en el censo de población de 1860, en la cédula nº 89, con Pascual Pérez Muñoz, de 36 años, casado con María Sisamón Molinero, y con su hijo Matías, de dos años de edad.
Pascual era natural de Oseja, hijo de Matías, de Oseja, y de Estefanía Muñoz, de Pomer. Por su parte, María Sisamón era hija de Manuel y de Mª Ángela Molinero.
En el censo de 1890 vemos al hijo de éstos, Manuel Pérez Sisamón, con 29 años. En el de 1901 estará también su hermano Cirilo. En el de 1910 ya sólo está éste. En 1934 estará Dominga y Vicente Pérez Artieda, hijos de Manuel y de Faustina María del Pilar Artieda Lumbreras (hija de Manuel y de Dominga, a los que ya vimos). En el de 1945 estará Vicente y su hermano Faustino.
Vicente Pérez Artieda (también les llamaban a estos los Pimpollos) se casó con Lucila Andrés Andrés, a la que ya vimos, y tuvo en Mesones en 1934 a Fernando, a Santos Vicente en 1936, a Enrique en 1940 y a Ángel en 1944. Todos se fueron de colonizadores a Ontinar del Salz. Pero, pronto echaron allí ovejas (la cabra siempre tira al monte). No podían ver perderse la hierba sin que se la comieran los animales. Sus descendientes aún deben seguir por la zona con ovejas.
Al menos, parte de la historia de Mesones, y con sus protagonistas, se puede conservar para el futuro. En otros sitios su historia se perderá para siempre.
ResponderEliminarSin duda, una novia muy guapa. Antes los vestidos de boda eran todos negros. Este, desde luego, era precioso. Y el novio muy bien "plantao". No tenían que envidiar en nada a lo de ahora. Que desaparezcan fotos como esta sería una gran perdida.
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