EL ORIGEN DEL APELLIDO “ÁLVAREZ” DE MESONES
Álvarez es un apellido patronímico ampliamente difundido en España y América cuyo significado es hijo o descendiente de Alvar o Álvaro, por lo que los que lo llevan no tienen un origen común. La rama más antigua de este linaje parece ser la de los Álvarez de Asturias. Ocupa el puesto número 16 entre los más comunes de España, con 286.453 personas que lo llevan como primer apellido.
EL ORIGEN DEL APELLIDO “ÁLVAREZ” DE MESONES
ÁLVAREZ.- En el censo electoral de Mesones de 1945 aparece Blas Álbarez Sisamón (casado con Dominga Velilla Figueroa, a la que ya vimos en el apellido Velilla), con 35 años, y su padre Casiano Prisco Álbarez Molinero, nacido en 1883 en Mesones (casado con Violante Sisamón Marquina), hijo de Casiano Álbarez Álbarez (1831), de Nigüella (censo electoral de Mesones de 1910), y de Mª Cruz Molinero Gascón (1851), de Mesones (hija de Valentín y de María).
Casiano era hijo del matrimonio celebrado en Nigüella en 1830 entre Antonio Álbarez Ruiz, nacido en Nigüella en 1807, y Simona Álbarez Guirlez. Y Antonio Álbarez Ruiz era hijo de Josef Álbarez Andrés y Manuela Ruiz Martínez, que se casaron en Nigüella en 1805; y Josef Álbarez a su vez era hijo de Lorenzo Álbarez Arguedas (hermano de un tal Blas) y Rosa Matea Andrés Ibarzo, de Mesones (viuda de Tomás Molinero) casados en Mesones en 1784. Y a partir de aquí encontramos ya coincidencias con otros árboles genealógicos de Mesones. Os pongo el árbol abanico genealógico de este Blas, hermano de Lorenzo.
Rama del apellido ÁLBAREZ de Mesones de hace más de 400 años. Vemos la rama de Blas Alejandro Álbarez Arguedas (hijo de Diego Álbarez García y Míguela Arguedas). Ya desde la repoblación a partir de 1611 vemos la mezcla de familias entre Mesones, Tierga y Nigüella. (para ver bien los nombres del abanico pinchar la imagen).
Del matrimonio de Blas Álbarez Sisamón (era militar) y Dominga Velilla Figueroa, nacidos ambos en 1910 en Mesones, nacieron cinco hijos, pero tres murieron siendo párvulos, siendo Ernesto 1935 (Mesones), Violante 1936 (Mesones), Ernesto 1939, Blas 1941 (Tetuán, todavía era territorio español) y Mariano 1948 (Mesones).
Blas Álvarez Velilla se casó con Basilia Martínez Tejedor (Luzón -Guadalajara-), si bien ya se fue a vivir a Zaragoza, donde tuvieron cuatro hijos Luis, Blas, Javier y Jorge.
Y el hermano pequeño de Blas, Mariano Álvarez Velilla, se fue a vivir a Andorra.
Estos dos hermanos, Blas y Mariano, son ya los dos últimos Álvarez de Mesones.
Estuvo, como hemos visto, en los censos de este municipio del siglo XX, pero desapareció en este siglo XXI, al igual que otros muchos apellidos de Mesones. Sin embargo, fue durante mucho tiempo un apellido común en esta población, de ahí que aparezca con frecuencia al final de las líneas de los árboles genealógicos consultados de habitantes de Mesones. En el censo de 1860 estaba en números por encima, incluso, de apellidos como Sánchez, Cimorra, Chueca o Gascón, y muy cerca de otros como Sisamón, Andrés o Ibarzo, que tuvieron después mejor fortuna en este municipio.
No estaba tampoco, como otros, en las cartas de población de Mesones. Aquí vino también de Nigüella. Las cartas de población de Nigüella de 1611 y de 1627 recogen a un tal Cristóbal Álvarez, casado con María Lorente. El lugar de procedencia parece ser el mismo que el de otros muchos llegados a Nigüella en los primeros años de la repoblación. Valdría aquí todo lo señalado en el apellido Ibarzo, al cual me remito por no “repetir”. Y tampoco existen referencias en las primeras inscripciones parroquiales, que se limitan a señalar en los nacimientos el nombre y apellido de los padres y de los padrinos. Álvarez estaba en 1495, con un fuego, en los fogages de Aranda, Villarroya, Maluenda o Calatayud. A Nigüella pudo venir de Villarroya o, ya, del valle del Ribota (¿quizás, Aniñón?).
La primera inscripción del apellido Álvarez (o, Álbarez), lógicamente en Nigüella, es por el nacimiento en 1622 de Anacleto, hijo de Cristóbal y María. Después nacería Anastasia en 1624 y en 1625 Juliana. Sin embargo, existían otros hijos que habían nacido antes (sólo se conservan las inscripciones de nacimientos en Nigüella desde 1619): en 1638 se casa María Álbarez con Juan Arbán. Y en 1634, en Mesones, Diego Álbarez y María Gascón (hija de Miguel Gascón -carta de 1627- y de Andresa Martínez, ambos de Tierga). De esta pareja vienen los Álbarez de Mesones y también la mayor parte de los Álbarez que habría después en Nigüella. Unos y otros irán y volverán de una población a otra a lo largo de los siglos.
Anacleto (Cleto en las inscripciones desde su matrimonio) se casará en 1644 con Catalina Gascón, de Mesones, hija de Juan Gascón y de Catalina Calavia, y tendrían a Ana. Después se casaría con Isabel Gascón, también de Mesones (su hermano Manuel Gascón -el “coadjutor de la ermita del castillo”- los casó en Nigüella en 1667; hijos de Miguel Gascón y de Isabel Navarro), con la que tuvo a Francisco, Lorenza, Miguel Cristóbal, Teresa y Manuel. Todo esto en Nigüella.
En Mesones, Diego y María Gascón, dando comienzo al linaje de los Álbarez de Mesones, tendrían a Andresa en 1636, a Cristóbal en 1639, a Miguel en 1643, a Isabel en 1646, a Matías Teresa en 1649, a José en 1652 y a María en 1655. De éstos, entre los varones, sólo hay descendencia posterior en Mesones de Cristóbal, aunque sí la habrá también en Nigüella (José se casaría en 1674 con María Guirlez, de Nigüella, y tendría allí 7 hijos).
Cristóbal Álbarez Gascón se casó en 1661 con Catalina Cimorra (hija de Pascual Cimorra -hijo de Fco. Cimorra y de Mª Rubio, nuevos pobladores- y de María Gil -hija de Sivestre Gil y de Andrea Aguerri; también, nuevos pobladores-) y tuvo a María en 1662, a Diego en 1664, a Pascual en 1669, a Catalina en 1671, a Cristóbal en 1674 y a Ignacio en 1681. Diego Álbarez Cimorra se casó en 1689 con Rosa Larraga, teniendo a Diego en 1692, a Miguel en 1694 y a Mª Francisca en 1698. Hasta aquí los datos de los registros de los Álbarez de Mesones hasta el año 1700.
Las líneas genealógicas nos han llevado a Cristóbal Álbarez y Mª Lorente en 33 ocasiones de media (el apellido Álbarez -y, lógicamente, el Lorente-, en el puesto nº 11 en cuanto a “apariciones”), por sus hijos, María, 0,66 de media, Cleto, 4, y Diego, 28; este último, por sus hijos: Cristóbal, casado con Catalina Cimorra, con 17; Isabel, casada con Gerónimo Guirlez, de Nigüella, 6; José, 3; María, casada con Juan Benedí Molinero, 1,33; y Teresa, casada con Juan Cimorra Gil, 0,33.
Efectivamente, como dicen Cristina y Rosa Nati en el "Face", en el censo electoral de 1945 está también Demetria Álvarez Molinero, con 62 años, hermana de Casiano, al estar en ese momento ya viuda. Y una tal Francisca Álbarez Sisamon, con 72, de otra rama de los Álbarez.
ResponderEliminarPerdón, Demetria tenía en ese momento 68. El de 62 era Casiano.
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