LA “ADVOCACIÓN” DE LA VIRGEN DEL CASTILLO DE MESONES
Este artículo, como podéis suponer, debo sacarlo también ya que es como una continuación, como ya anuncié, del de las “yeserías mudéjares de la ermita del castillo”, que ya publiqué hace poco. Pero, como veréis, era conveniente que apareciera en otro reportaje para tratar y centrar los diferentes enfoques y aspectos relacionados con esta ermita de la Virgen del castillo (ya era suficiente poder saber en el primero quién pudo hacer y cuándo las yeserías del castillo; esto, sin duda, es ya otro tema diferente, aunque todo esté “conectado”, como dijo alguno).
LA “ADVOCACIÓN” DE LA VIRGEN DEL CASTILLO DE MESONES
Como ya dije en el artículo de las “yeserías mudéjares”, al menos, como ya vimos, desde la construcción de la nave barroca de la ermita del castillo, la advocación de la Virgen lo fue a la Virgen de los Ángeles. Pero, ya nos preguntamos allí si también había sido así antes y, en este caso, desde cuándo. La respuesta a esto no parece tener una fácil respuesta, por lo que tenemos que aventurar alguna hipótesis hasta que los verdaderos entendidos en esto, los historiadores del arte, nos saquen al final de dudas. Veamos:
Como dice Wikipedia, Nuestra Señora de los Ángeles o la Virgen de Los Ángeles es uno de los títulos con los que los católicos veneran a María, madre de Jesús. Tiene su origen en Italia. La tradición oral dice que en el año 352, con permiso del papa Liberio, unos ermitaños procedentes de Jerusalén construyeron en las afueras de Asís una ermita y depositaron en el altar unas reliquias del sepulcro de la Virgen María y otras dadas por el Patriarca San Cirilo. Esta iglesia también fue llamada Nuestra Señora de los Ángeles. En el año 511 San Benito y sus monjes habitaron en ella y la dotaron de una porción de campo que la circunda y se le dio el nombre popular de “Porciúncula". Los benedictinos le cedieron el templo a San Francisco de Asís, el cual solicitó la consagración del sagrado recinto, rito litúrgico que ocurrió el 2 de agosto de 1215. Recibiendo la inspiración del Señor, San Francisco solicitó al papa Honorio III una indulgencia plenaria para esta ermita, de modo que cuantos la visitaran en gracia de Dios consiguieran el perdón total de sus culpas y penas. Para ganar la indulgencia se acordó que fuese el día 2 de agosto, conmemorando la Dedicación del templo y estableciéndose de esta manera el día universal de Nuestra Señora de los Ángeles.
También, según Wikipedia, la Virgen de la Candelaria toma su nombre de la fiesta de la Candelaria o de la Luz, que tuvo su origen en el Oriente con el nombre del "Encuentro", y después se extendió al Occidente en el siglo VI, y llegó a celebrarse en Roma con un carácter penitencial. En Jerusalén se celebraba con una procesión con velas encendidas hasta la Basílica de la Resurrección (Santo Sepulcro), la cual había sido mandada construir por orden del Emperador Constantino.
La iconografía de la Virgen de la Candelaria se basa en el pasaje bíblico de la Presentación del niño Jesús en el Templo. Su fiesta se celebra, según el calendario o santoral católico, el 2 de febrero, después de que el papa Gelasio I prohibió y condenó, en el año 494, las fiestas lupercales, considerada una celebración pagana, y la sustituyó por la fiesta de la presentación, en recuerdo del pasaje bíblico de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén y la purificación de la Virgen María después del parto, para cumplir la prescripción de la Ley del Antiguo Testamento.
La Fiesta de la Candelaria se conoce y se celebra con diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas; todos estos nombres expresan el significado de la fiesta. Cristo la Luz del mundo presentada por su Madre en el Templo viene a iluminar a todos como la vela o las candelas, de donde se deriva la advocación de la Virgen de la "Candelaria".
Pues bien, visto solo lo visto, relacionando todo esto ya con los templarios (que son los que tenemos ahora “más a mano” en este castillo); y sabiendo ya que tanto la Virgen de la Candelaria, como San Blas y como Sta. Águeda (ya dije que era como “la Virgen”) fueron de la “devoción” de los templarios, celebraciones todas de los primeros días del mes de Febrero de cada año (es decir, justo, las fiestas de Mesones), comprobando esa Virgen de Cuenca, con corona, y también la lleva el niño, uno le encuentra mucho más parecido a ésta con la nuestra que con otras (a pesar de ser la de Cuenca más “moderna” que la del castillo, como vemos; y ahí ya no llevaban manzanas, era otra época). Y, por tanto, uno podría hacerse la pregunta de si al final es la misma, es decir, si la del castillo podría ser también la Candelaria, sabiendo ya, como sabemos ahora, que es una imagen, la de Mesones, “templaria”.
Sin duda, es una hipótesis a tener en cuenta, y si hay que poner la mano en el fuego por una o por la otra, yo lo haría por la Candelaria. La explicación podría adivinarse:
D. Lope hizo la techumbre de la capilla con ángeles, pero para representar lo que habría visto antes en el castillo de Mesones, a la Jerusalén Celestial (y los ángeles, ya sabemos, están en el cielo), como tantas veces he dicho; y como bien dicen algunos historiadores del arte de esta “cúpula” (ved el artículo de los Gozos). Con los siglos, esta advocación de la Virgen pudo olvidarse de alguna manera (ya no estaban los templarios para celebrar las “fiestas de San Blas”; y aquí, ya sabemos, aún eran todos moros; además, ya habrían quemado todos papeles de los templarios, como se dice, ya los habrían borrado del mapa); y cuando llegaron los nuevos pobladores lo que vieron ya fue eso, una Virgen en un castillo (arriba en el pueblo, en lo más alto) y en una capilla llena de ángeles: la cosa estaba clara, ésta tenía que ser la Virgen de los Ángeles, no cabía otra.
Además, en el libro de la cofradía, como ya vimos, se dice:
“Por los años de 1680 el Coadjutor de la Curia, hijo del Pueblo Mn. Manuel Gascón y Álvarez amplio y reedifico de sus propios bienes la Iglesia de Nuestra Señora de Los Angeles, desde la grada del presbiterio que cierra la capilla interior con rejado de madera hasta la puerta, ignorándose el principio de la capilla, imagen y altar y por la grande devoción a la Señora del expresado Coadjutor dn. Manuel Gascón y Álvarez y para perpetuar su culto, y adoración de los fieles, fundó en dicho altar y capilla una capellania Colativa vajo el título de Los Angeles, que testificó Pedro Serrano domiciliado en la Villa de Epila vajo el día 24 de junio de 1692”.
Vemos, pues, que nada sabían de la “capilla” ni de la “imagen” de la Virgen. No sabían quién hizo la capilla ni cuándo. Como también vimos esto en el artículo de los Gozos. Y ya vimos también en ese mismo artículo a la Virgen con el niño de El Frasno (parecida a la de Mesones), transformada en época moderna en Santa Ana y la Virgen María niña. Aquí también ya se había olvidado la anterior advocación, porque nadie cambia las cosas porque sí. Y con la historia anterior que hemos visto de las dos Vírgenes, relacionado todo esto con los templarios, uno se queda sin duda con la segunda: una Virgen venida de oriente (los templarios se empaparon de la cultura de oriente que trajeron a occidente; y fueron los cruzados los que trajeron precisamente estas influencias a la Iglesia, y no otros); lo de la procesión hasta el Santo Sepulcro de Jerusalén que hemos visto (de planta “octagonal”), lo de las fiestas paganas sustituidas por la adoración a la Virgen (esto nos suena mucho) y que, precisamente, sea San Blas el patrón de Mesones, unido a Santa Águeda y la Candelaria, que se celebran también esos días. Además, como he dicho muchas veces, nuestra Virgen puede ser de finales del siglo XII, de cuando llegaron a Mesones los templarios, antes, pues, de 1215 de cuando San Francisco de Asís, que hemos visto.
http://www.castillodemesonesdeisuela.com/2022/06/gozos-de-la-virgen-de-los-angeles.html
También podría ser otra Virgen diferente, pero vista la de Cuenca (y todo lo anterior), yo me quedaría con la Candelaria. Aunque ahora podemos contar ya con la suerte de tener “dos en una”, ¿quién da más?; vamos, como los signos de cantero de algún sillar del castillo, “doble protección”; y, además, como sabemos también ahora, con “indulgencias” por venir a rezarle un Ave María en el castillo, vamos, para que vengan nuevamente a Mesones los “peregrinos”, como lo hicieron también hace siglos, cuando estaban aquí en el castillo los templarios.
Me ha encantado.
ResponderEliminarAquí lo de la Virgen de las Nieves parece que no. Y estando de por medio San Blas, parece lo más lógico.
ResponderEliminarEsa sonrisa, única (supongo que tendríais que explotarla más) de la Virgen, y hasta del niño es, sin duda, de ese periodo de transicion que dices. No es de finales del XIV como han dicho algunos. Supongo que ahora muchos van a aprender de este castillo.
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