REFLEXIONES. “EL CASTILLO DE MESONES. UN CAMINO HACIA EL INTERIOR”

Fotografía espectacular e inédita jamás captada del castillo de Mesones, donde vemos aparecer otro castillo en las sombras de la noche. Eloy ya lo descubrió en su libro, sacándolo a la luz para el que quiera verlo. Autora: Rosa Paz Molinero. 

“EL CASTILLO DE MESONES. UN CAMINO HACIA EL INTERIOR”

A pesar de que llevo ya bastante tiempo sin sacar nuevos artículos del castillo (ya vi que al final os parecía resultar todo esto un poco pesado; quizás los saque más adelante si viera que pueda interesar algo más en un futuro, no sé -todos también vienen a reafirmar el origen templario del castillo de Mesones-), sí que creo que debía hacer en estos momentos (y a estas alturas) esta pequeña reflexión:

El 1 de diciembre de 2020, va a hacer ya dos años, Eloy Morera Gracia, joven escritor e historiador zaragozano, como muchos ya saben, publicó su novela ”El castillo de Mesones. Un camino hacia el interior”, abriéndonos los ojos a todos sobre el verdadero origen del castillo de Mesones. Toda una revelación para los mesoneros -que nos quedamos “pasmados”- y, se supone, para el resto de los mortales. A partir de entonces toda la información nueva descubierta sobre el castillo ha ido siempre en esta misma dirección, dando la razón totalmente a Eloy y demostrando que lo que él dijo sobre el origen del castillo era totalmente cierto. Absolutamente nada de lo que se haya sabido de nuevo sobre el castillo a partir de entonces, también con su ayuda, ni el más mínimo detalle, ha podido sembrar la mínima duda sobre su planteamiento; todo, como ya he dicho, ha venido a ratificarlo, y con creces.

http://www.castillodemesonesdeisuela.com/2022/03/el-origen-del-castillo-de-mesones.html

Eloy firmando libros del castillo de Mesones en el Paseo María Agustín de Zaragoza

 

Pues bien, a estas alturas, cuando ya van a transcurrir dos años, como he dicho, más bien parece que casi nadie se haya leído aún el libro del castillo de Eloy (y tampoco visto su cómic). No sé cuántos ejemplares de ese libro han podido venderse, pero parece como que no se hubiera vendido todavía ninguno, que nadie se hubiera enterado aún de nada de todo esto. Lo digo, porque a día de hoy, salvo el blog en el que publico los artículos de Mesones (y que lo puede consultar cualquiera en este enlace, o buscando en la web, por ejemplo, “castillo de Mesones Lucio” o, mejor, “castillo de Mesones templario Lucio”; así saldrá antes), ninguna otra página de internet que hable del castillo de Mesones dice nada sobre el nuevo origen del castillo; todas vienen a decir exactamente lo mismo (no han cambiado absolutamente nada; ni una coma) que decían antes de que saliera el libro del castillo de Eloy. Por supuesto, tampoco las páginas “oficiales” de las Instituciones competentes; algo que sabemos que ya saben, pero que de momento no han movido un dedo. Ni las campañas que hace la DPZ promocionando la provincia (se deben regir también por esas páginas “oficiales”; y mira que aquí tendrían un buen gancho; en una de éstas lo dijo Eloy con un reportero, y con pruebas visibles -imágenes-, pero tampoco le han hecho el mínimo caso).

Presentación del libro en el Paraninfo de Zaragoza. El castillo de Mesones se merecía este espacio solo reservado para grandes acontecimientos. Einstein estuvo también aquí.

Portada del comic “El castillo de Mesones” de Eloy Morera

Lo de las páginas privadas de internet, puede entenderse, pueden hacer lo que quieran (otra cosa es que no valoren el desprestigio que ello supone; para los usuarios que conozcan la realidad ya no les resultarán creíbles, viendo la dejadez y la desinformación); eso es su problema (aunque siempre tienen una disculpa; y es que dicen lo de las páginas “oficiales”; además de las diferentes “invenciones” que cada una haga, que las hay a montones; cada una hecha la suya sobre el castillo -como que se construyó para la guerra de los Pedros, tal cual-). Pero, otra cosa muy diferente es el de una institución pública, que debe velar, ya que es su “cometido” y su “competencia”, porque todo lo que diga o haga se ajuste a la realidad, y actualizar sus datos si no son correctos o inexactos. Y si observa que pueden existir dudas sobre algo, al menos, indagar para ver si sus datos siguen siendo o no correctos, qué menos (ahora, que no manden para ello a los que antes han dicho otra cosa, no se van a “desdecir”). Pero no, desde luego, quedarse con los brazos cruzados esperando que les den todo hecho. Además, siendo algo tan importante que puede “revolucionar” la historia y beneficiar enormemente los intereses de Aragón y, quizás, salvar la propia comarca del Aranda (quizá le queden 10 años de vida como mucho si no se hace nada; el calzado está ya muerto para siempre porque nadie lo quiere salvar -aunque después se quisiera, ya no se podría, porque ya nadie conocerá el oficio- y las fábricas de otras cosas se irán a la autovía y no a Illueca ni a Brea). Supongo que si esto lo supiera el Presidente de Aragón tomaba cartas en el asunto ahora mismo; o ponía a alguno “firme”.

 

Sin contar, claro está, el desprestigio que supone para las propias Instituciones, lógicamente, para el Gobierno de Aragón, es decir, para esta comunidad autónoma (en algún sitio nos tratarán ya de “tontos”). Muchos (también mucha gente de fuera de Aragón) me han comentado (claro está, estando ya al corriente de las nuevas informaciones del castillo -simplemente, porque lo han visto todo con sus propios ojos, no se tienen que creer lo que diga nadie-, algunos, verdaderos expertos en historia y en arte) que cómo esto podía estar todavía así, que nadie hubiera movido aún un dedo, ya que todo lo que leían en todos sitios era lo mismo que había antes; que nada había cambiado. A muchos les resulta esto sorprendente; como si alguien se hubiera preocupado desde el principio en silenciarlo todo (parece ser que, simplemente, con el silencio, lo han conseguido). Y la verdad digo, que si no hubiera ido sacando yo nada sobre el castillo, seguramente, casi ni nosotros nos acordaríamos ya del libro de Eloy, se habría quedado simplemente como una novela; ni tampoco por supuesto las instituciones, que parece que ahora tampoco se acuerdan ya de esto. Quizás tengan que pasar todavía, por ejemplo, 50 años más para que otro “Eloy” vuelva a redescubrir otra vez todo, ya que ya se habrá olvidado lo de la “novela de Eloy”, y que esta vez el nuevo “redescubridor” que lo “redescubriera” tuviera ahora mucha más suerte.

 

Y lo más grave es que el ejemplo más claro de todo esto está en nuestra propia casa, en el propio blog del Ayuntamiento de Mesones (o en la propia comarca), que parece que ha puesto lo que le ha dicho alguien que pusiera (los concejales, que son los que mandan, dicen que no saben nada), siguiendo, claro está, lo que del castillo y de Mesones dicen las “páginas oficiales” (lo de los “lusones” -y esto no lo dicen las páginas oficiales- me sorprendió sobre manera; parece que no se sabe otra cosa de Mesones más que que en Mesones estuvieron los lusones -ni se sabe si eran lusones, ni belos u otro tipo de celtíberos con nombre conocido; seguramente, ninguno de éstos-). Aunque esto de las “páginas oficiales” también parece que tiene su pega. El problema parece estar en que escojan bien los informes en los que basarse. Así, de la Virgen del castillo dicen que es una talla de finales del s. XIV (quizás, porque tienen que se hizo el castillo por ese tiempo; no les quedaba otra; como ya dije en un artículo, si no hay castillo, no hay Virgen); en otras páginas “privadas”, como ya también dije, pone, sin embargo, que es del siglo XV. Yo no sé de dónde han sacado esos informes (tanto los unos como los otros), seguramente, no de un catedrático en historia del arte (porque ya tenían un informe de uno que sí lo era y no le han hecho nunca el mínimo caso; y también dijo este catedrático que todas las torres estaban terminadas por matacanes; por lo que el castillo se terminó por completo; y tampoco le hicieron caso -como habían limpiado ya todo y no se veía nada, aquí ya nunca hubo nada; parece ser, para algunos, que lo que no se ve, ni existe ni ha existido nunca; debe ser lo mismo que lo de Santo Tomás, el apóstol-). 

 

Pero, el mayor problema con este castillo parece estar en que existen dos páginas “oficiales” que dicen dos cosas muy distintas del castillo; la del SIPCA (Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés, institución del Gobierno de Aragón) y el “Plan Director del Castillo de los Luna” de 2018, aprobado por el departamento competente del Gobierno de Aragón (éste debe ser más reciente, ya vio “cosas raras”). Parece sorprendente pero así es. Una misma Institución (el Gobierno de Aragón) diciendo dos cosas diferentes sobre lo mismo. Ya lo dije también en un artículo del castillo, lo de esta dualidad. Lo menos que cabría pedir es que se pusieran de acuerdo para saber a qué tenemos que atenernos (los guías del castillo debían seguir a este último, al “plan director”; ahora ya no sé; desde luego, la primera opción es ya impensable, aunque sea la del blog del Ayuntamiento -aunque la segunda también-). Pero, cuando alguien va diciendo dos cosas diferentes sobre lo mismo, la gente, que no es tonta, ya puede empezar a sospechar. Pero, lo que debían hacer los concejales del Ayuntamiento de Mesones, de una vez por todas, ya que nadie más va a cambiar esto, es cambiar ellos mismos los carteles del castillo (hay 4 o 5 por todo el pueblo) para los turistas, y que pusieran “Castillo Templario. S. XIII”. Ahora sí que ya se habría liado todo.

Fotografía de David Gil

Puerta elevada del castillo. Gracias a Eloy sabemos que era la entrada al castillo templario de Mesones. Bien podían recuperar la puerta elevada, con su puerta levadiza, rastrillo y rampa. En el plan director, aquí viene que va un ascensor. Creo que el plan director está desfasado con los nuevos datos que se saben del castillo. Si ponen un ascensor, vaya chapuza que se pretan.