LA TORRE MUDÉJAR DE MESONES
LA TORRE MUDÉJAR DE LA IGLESIA DE LA ASUNCIÓN DE MESONES DE ISUELA
Como ya dije, a pesar de ser Patrimonio de la Humanidad, como todo el arte mudéjar aragonés, la torre mudéjar de Mesones de Isuela sigue siendo todavía, para la mayoría de la gente, y también para muchos mesoneros, una auténtica desconocida, y a la que no le hemos prestado nunca la atención y el reconocimiento que realmente se merece. Quizás, porque no nos hemos parado nunca a pensar sobre su posible origen o sus vicisitudes posteriores. Ahora que nos ha interesado algo más la historia de este pueblo, gracias a todo lo nuevo que se ha ido sabiendo del castillo desde Eloy Morera, pueda ser que nos interese ya saber algo más del otro gran monumento histórico-artístico que tenemos en este pueblo.
No obstante, ahora podemos conocer muchas cosas de esta torre por diversas publicaciones, especialmente, algunas relacionadas con el arte mudéjar aragonés que, sin duda, creemos, pueden dar en el clavo sobre el origen de la misma. Y ello lo decimos porque, al final, todo parece concordar con la propia historia de Mesones, que Alberto nos contó hace ya muchos años en su libro de la historia de esta localidad.
Una de estas publicaciones es la página web aragónmudéjar.com que la describe perfectamente y que, creemos, acierta sobre el origen de su construcción. Otras publicaciones también se interesaron por esta torre, como el libro de Agustín Sanmiguel sobre las torres de ascendencia islámica en las comarcas de Calatayud y Daroca, que le dedica también un capítulo; y al que esta propia página web que digo se remite. Y es que, parece ser, el arte mudéjar en Aragón debe estar mucho mejor estudiado que el de otras materias artísticas, como hemos podido comprobar (quizás, porque sea algo más “nuestro”).
Como dice el artículo sobre Alminares mudéjares de la comarca de Calatayud, de Susana Molina y Fco. Juan Vidal, “la cuenca del río Jalón alberga la esencia del mudéjar aragonés, cuyo máximo exponente lo constituyen las torres alminares… arquitectura producto de la fusión y convivencia de culturas y estilos”.
Uno de estos ejemplos es, sin duda, la torre mudéjar de Mesones de Isuela, como sabemos ahora, antiguo alminar de la mezquita musulmana de esta población. Como dicen las publicaciones, esta torre presenta estructura interior de alminar hispanoárabe, con un machón central hueco. Esto lo comprobamos muchas veces de pequeños cuando subíamos a la torre a tocar las campanas (entonces estaban arriba del todo y había que subir al final por una escalera de madera): el centro de la torre está hueco, cerrado y no se ve, y toda la subida va ascendiendo en caracol, siendo algunos tramos muy estrechos. Y, a simple vista ya se ve, al subir por ella, que hay tramos muy distintos, por lo que no sería una construcción que se hiciera toda a la vez.
No me voy a detener en los aspectos arquitectónicos del monumento, para eso están las publicaciones más especializadas, que nos lo contarán a la perfección, sino en los aspectos particulares de la misma que delatan el origen y el motivo de su construcción, como he hecho también siempre con el castillo (algo de lo que parece que todavía no ha tratado nadie, como con el castillo con lo que ahora se sabe; no le copiamos nunca a nadie). Lo otro lo dejamos, claro está, para los historiadores del arte; no les vamos a copiar tampoco nada.
En el reportaje de este blog “MESONES A PARTIR DEL SIGLO XV” ya vimos cómo y cuándo pudo cambiar el urbanismo de Mesones, ampliando el núcleo urbano de la población; dando origen a la actual plaza de la Villa y al cambio de las puertas del lugar de esta localidad; desapareciendo la anterior puerta de entrada en la calle de Enmedio para ampliar el núcleo poblacional de Mesones, creándose como consecuencia de esto tanto la plaza como el Barrio Verde, y ahora con dos puertas de acceso a la población: las de la actual Puerta Lugar (habría dos, una más pequeña, que aún se conserva, y otra para los carros, ya desaparecida, como ya dije) y la del callejón de la plaza que va hacia el Cubullón (un barrio, en principio, después, extramuros).
Ya dijimos que todo esto pudo hacerse gracias a la financiación de los judíos que llegaron a Mesones sobre el primer tercio del siglo XV, huyendo de lugares de realengo, donde se les perseguía, a otros de señorío, donde eran bien recibidos (porque traían “dinero”; aquí estaban los Urrea, los sobrinos de D. Lope; a los que les hacía falta mucho, para sus compras -más posesiones- y sus guerras; se empeñaron “hasta las cejas”; en el castillo no se gastarían ni un “duro”). Y una de las claves de esta reforma urbana tuvo que ser, sin duda, el nuevo alminar de la mezquita musulmana; que, se supone, lo harían nuevo.
Entonces no había plaza. Parecía existir justo en medio de lo que hoy es la plaza un molino de aceite (que pudo continuar después; hoy parecen estar parte de sus instalaciones enterradas en una bodega). Toda esa zona estaba mucho más baja que la actual plaza y casi todo sería una ladera. Como sabemos, en la parte derecha, entrando ahora, en toda esa ladera arriba, y en parte de la actual plaza, estaba el cementerio desde los romanos. La mezquita estaría también donde ahora está la iglesia, pero el pequeño alminar que hubiera, se supone, no estaría donde ahora está la torre. La mezquita habría aprovechado alguna pequeña iglesia visigoda y ésta algún templo romano o edificio público, en algún espacio algo más llano de la ladera, o previamente acondicionado.
Aquí estaría, pues, el origen de la torre mudéjar de la iglesia de Mesones, en el antiguo alminar de la mezquita que se construyera cuando la ampliación del casco urbano de Mesones. Como ya dije, en este momento los mesoneros “echaron el resto”. Este alminar, como vemos, era como todos los alminares, cuadrangular; y seguramente tendría en el centro arriba algún pequeño minarete. Desde ahí se podría defender la nueva puerta del lugar. En la otra puerta, la del callejón hacia el Cubullón, hicieron lo mismo, una torre para defender dicha entrada, como ya vimos; también cuadrangular (aún se puede observar hoy la forma, a pesar de que ahora hay un tejado).
Como dice la página de la torre mudéjar de Mesones de aragónmudéjar.com:
“La torre presenta una estructura mixta, con el cuerpo bajo o de escaleras cuadrado y octogonal el superior de campanas… El cuerpo inferior es de mampostería revocada excepto la parte alta de ladrillo… Los motivos ornamentales en ladrillo resaltado de la parte alta (de la zona cuadrangular) son sencillos: una franja de rombos ribeteada (arriba y abajo) por sendas bandas de esquinillas, dispuestas en dientes de sierra la inferior y al tresbolillo la superior. Completan la decoración dos bandas de tacos formando cadeneta. Este cuerpo bajo de la torre (el cuadrangular) parece más antiguo que el de campanas. Además, como bien señala Agustín Sanmiguel, en la parte de ladrillo se observa un cambio entre la franja de rombos y bandas de esquinillas y la parte de las cadenetas. Esta última la forman unas quince hiladas de ladrillo igual al del cuerpo octogonal que es más grueso y de distinto color que el resto. Si tenemos en cuenta que hasta la expulsión de los moriscos en 1610 la práctica totalidad de la población (de Mesones) era mayoritariamente mudéjar es de suponer que cuando se produce la conversión forzosa en 1526 se levantase la fábrica de la iglesia actual para sustituir a la mezquita que atendería las necesidades espirituales de sus habitantes hasta ese momento. Lo más lógico es que se aprovechase como torre de la misma el alminar… que parece corresponder con este cuerpo cuadrado hasta la altura de la banda de esquinillas al tresbolillo. El cuerpo cuadrado, probablemente del siglo XV, se elevaría ligeramente en el siglo siguiente con las filas de tacos ya vistas y sobre el mismo se levantaría el cuerpo octogonal para albergar las campanas. Este último presenta contrafuertes en las esquinas y decoración de rombos y esquinillas tal y como corresponde a las torres mudéjares del siglo XVI. La iglesia es obra de la segunda mitad del siglo XVI que se construiría a la par que la parte alta de la torre (la octogonal de campanas). Al exterior la restauración (de la puerta de la iglesia) del último tercio del siglo XX (sería, sin embargo, sobre finales de los años cincuenta, como vimos) le privó de su portada original (del gótico final; lo vimos en fotos antiguas) que fue sustituida por el actual pórtico… Resumiendo la cronología ya apuntada, la iglesia y la parte alta de la torre (la octogonal) serían obra de la segunda mitad del siglo XVI, probablemente comenzados a construir durante la campaña (desde mitad del siglo XVI) que el arzobispo de Zaragoza D. Hernando de Aragón (1539-1575) realiza en estas fechas. Anterior, pero no muy alejado en el tiempo, sería el cuerpo inferior de la torre (el cuadrangular), probablemente parte del alminar de la antigua mezquita y que parece obra del siglo XV”.
Al final, como hemos visto, todo parece que concuerda.
El hecho de que la base primera cuadrangular sea en su mayor parte de piedra (piedra de rodeno de la zona, más apropiada para la construcción -sin ser trabajada- que la caliza, que es más redondeada y “encaja” peor) contrasta, sin duda, con otras torres mudéjares que no la tienen (y que, por ello, parecen tener en general mejor estética que la nuestra), al ser normalmente toda la planta de ladrillo. El motivo ya lo sabemos ahora, debido a este carácter defensivo que tuvo en origen, para proteger y defender la nueva entrada a la población con el cambio de la puerta del lugar, al ampliarse así el casco urbano de Mesones. Primó por ello, pues, en esta torre la estructura defensiva que lo puramente estético. Sólo ya en la parte más alta de la misma, de la zona cuadrangular, le dieron ese otro carácter, el religioso, propio del alminar de la mezquita, embelleciéndolo con el ladrillo y los motivos geométricos característicos de estos; lo que nos indica claramente las dos funcionalidades en el origen de su construcción. Quizás sea esto, pues, lo más importante a destacar de esta torre mudéjar de Mesones.
Pero, cuando ya tenía escrito todo lo anterior, encontré en la página web de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, el artículo “Mesones de Isuela. Torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción”, que ponía lo siguiente:
“Fue la primera defensa de la población, una torre de origen islámico, tal vez una torre de alquería, que pudo servir también como alminar de la mezquita con el crecimiento poblacional. La dualidad de usos, militar y religioso es frecuente. Posteriormente fue aprovechada como cuerpo inferior del campanario mudéjar renovado en el siglo XVI”.
Aunque no conoce el origen de “Masones” (casi, solo con el nombre bastaría; cuando con los moros ya tenía este nombre; el blog del Ayuntamiento debe corregirse cuanto antes), da en el clavo en cuanto a una de las primitivas funciones de la torre, la defensiva, sin duda, por lo que decimos del cuerpo cuadrangular de piedra (y no de ladrillo como otras torres mudéjares; al parecer, con una función más “estética”), salvo que aventura y adelanta su construcción varios siglos. Sin duda, y refiriéndonos, al menos, a esta base cuadrada construida en piedra, es también una clara posibilidad; y, todavía más (igual, hasta se queda corto), conociendo nosotros ahora la evolución histórica del núcleo poblacional de Mesones, cuando se ubica exactamente junto a la actual iglesia, antes, la mezquita musulmana. Pero es que antes (y aquí estaría la “madre del cordero”) también podría ser la torre, o parte del origen de ésta, de vigilancia y protección de ese primer núcleo de población de Mesones, torre que estaría junto a un posible templo o edificio público romano y, después, a alguna primitiva iglesia visigoda o, incluso, también romana, que cerraría toda esa parte del espacio urbano del nuevo asentamiento. Por tanto, dicha torre, como la primera línea defensiva de un pequeño núcleo poblacional en torno a ella (como aventura la página de los castillos; pero, más antiguo todavía), integrado en un espacio urbano o “foro” que también estuviera defendido; con lo cual la actual plaza, con su primitivo “templo” al lado, podría haber sido el origen del primer núcleo de población del actual Mesones (antes, Masones; no es un nombre árabe, sino latino, como vemos) y, todo ello, ya desde los romanos. Y es que ya sabemos que aquí, en Mesones, a lo largo de las historia, celtíberos, romanos o moros fueron siempre los mismos.
En este caso, solo nos faltaría trasladar el que creíamos cementerio romano y cristiano, después (al final, musulmán), un poco más abajo. Y, en efecto, en la calle Herrería, desde la acequia hacia el pueblo, en la entrada a la población, como siempre hacían los romanos, salieron también muchas tumbas. En este sentido, deberíamos leernos bien el libro de la historia de Mesones de Alberto, dado que comprenderíamos todo esto a la perfección: en la época árabe, la mezquita y los baños -la Herrería- se situaban fuera de la población; así el forastero que venía no tenía que entrar a ésta, evitando el peligro de asaltos y correrías en busca de botín, tan frecuentes en la época. La puerta de entrada a la población en la calle de Enmedio sería ya cosa de los árabes, que dejaron fuera del casco urbano protegido -aunque bien defendido con la torre- a la antigua iglesia, convertida ahora en mezquita (con la torre ahora como alminar), e instalaron la necrópolis junto a la plaza, junto a la puerta de entrada a la población, como hacían también los romanos (eran los mismos). Por ello, todas las tumbas de esa ladera de la plaza serán musulmanas, y las de debajo de la plaza, anteriores a la época árabe.
En el siglo XV, al ampliar el núcleo urbano, recuperaron definitivamente el espacio antes perdido; los tiempos habían cambiado; y aprovecharon la antigua torre, ahora, alminar de piedra de la mezquita musulmana -mudéjar-, para proteger la nueva puerta del lugar, elevándolo con ladrillos, haciendo con ellos “dibujos”.
Definitivamente, después de todo lo que hemos visto hasta ahora, ésta sería la hipótesis con más posibilidades, dado que antes siempre quedaba en el aire el qué podía hacer en este lugar una iglesia o un templo romano, anteriormente (antes de ser mezquita), cuando la primera puerta del lugar se encontraba en la entrada de la calle de Enmedio. No sería, pues, ésta la entrada originaria del antiguo Masones, sino la nueva puerta musulmana, que dejó fuera del casco urbano cerrado y protegido -aunque bien defendido con la torre, como hemos visto- un espacio urbano anterior.
Sin duda, solo falta comprobar todo esto con excavaciones, quizás, en algún sitio que no esté aún asfaltado, como algún corral, o cuando se hagan obras. Y una excavación arqueológica debería hacerse ya detrás de la iglesia, en el pequeño hueco que aún queda abajo entre la pared de la iglesia y la torre y el pabellón (al que bajábamos de pequeños desde el parque, donde ahora está el pabellón) y siempre por debajo del nivel que fue utilizado como necrópolis desde la repoblación de Mesones (como comprobamos entonces). Esto nos podría proporcionar, quizás, algún resultado sobre el origen de esta antigua construcción de Mesones, es decir, de su maravillosa, y desconocida, torre mudéjar de la iglesia de la Asunción.
EL ORIGEN DE LAS TORRES Y CAMPANARIOS:
Roma comenzó a desarrollar las torres siempre con propósitos funcionales: las torres romanas eran faros o puestos militares de vigilancia y defensa. Los primeros templos cristianos en general no tenían torres. Su incorporación como parte indiscutible del edificio se produjo lentamente a partir del siglo IX. Pero, las torres cristianas surgieron ya hacia el siglo VI en la Britania sajona para alertar sobre las invasiones vikingas y normandas. Este es el origen de las torres de las iglesias cristianas. Las primeras torres cristianas eran construcciones simples con función de centinela y pronto se asociaron con otro elemento fundamental para dar la alerta, la campana. Nació así el campanario de las iglesias.
GALERÍA FOTOGRÁFICA DE LA TORRE DE LA IGLESIA DE LA ASUNCION DE MESONES
Fotografía de David Gil |
Antiguo parque, vemos el balancín y la pared trasera de la iglesia. “Pepe”, “Guti” y “Maruri” en unas jornadas de guiñoles. Fotografía sacada del libro “La escuela Rural”.
Ventana que da acceso al tejado de la nave de la Iglesia. Justo en la base de esta ventana empieza la construcción de la torre en ladrillo.
Con lo que ahora sabemos, para que la “historia” de Mesones “cuadre”, la torre actual de la iglesia de Mesones pudo ser en un principio una torre de vigilancia y defensa (como bien dice la página de los castillos) pero, seguramente ya, del primer núcleo poblacional del Mesones romano. Hasta aquí llegaría el asentamiento, cerrado por esta parte con esta torre y con algún edificio adosado público, primero, o religioso, después, en este caso ya alguna pequeña iglesia de la época romana o visigoda. Y es que es normal que el pueblo estuviera en origen justo encima de la calle de la Herrería, protegiendo esa subida desde donde está la acequia (también se denominaba antes -hay escrituras- la calle del Puerto) y, desde donde está la torre, todo seguido a la derecha. Quizá también, esta torre sería reforzada y reformada cuando llegaran los árabes, para proteger ahora la mezquita en la que habrían convertido la antigua iglesia, haciendo las funciones ya de alminar de la misma, y como punto estratégico que era también en la defensa de la población; con esa doble función, pues, como dice la página de los castillos, religiosa y militar.
Con esto, ahora, sí que todo, definitivamente, concuerda. Antes se quedaba colgado, como he dicho, lo de por qué una antigua iglesia, convertida después en mezquita, estaba fuera del pueblo. Ahora todo cuadra. En el siglo XV, si el alminar lo hubieran hecho nuevo, creo que hubieran construido ya toda la torre de ladrillo o, al menos, buena parte de ella. Y, sin embargo, la mayor parte de la zona cuadrangular de la misma es de piedra; simplemente, porque sería la torre que defendía el antiguo núcleo fundacional de Mesones (y aún no se llevaba por aquí lo del ladrillo). Además, vemos que la base de la torre, los primeros metros desde el suelo, es de una piedra muy mala, en absoluto pensada para ser posteriormente lo que es hoy y soportar todo el peso de la misma. No estaba pensada para todo lo que se le vino encima. Veremos que después tuvieron que hacerse actuaciones importantes para su consolidación. Cuando cambiaron la puerta del lugar en ese siglo, simplemente, elevaron el alminar con ladrillos (habían elevado la zona -la plaza- y tenían que hacerlo más alto). Nuestra torre fue ganando así en altura. No todas las torres serán tan altas (desde la base; y aún más si se excavara bien, aunque no es posible porque hay casas; alguna parte de la misma o, al menos, el montículo rocoso donde se asienta podría llegar bastante más abajo, quizá hasta donde termina la casa de los Bolos, en el callejón detrás de la torre; por cierto, hasta hace poco una calle sin nombre; ahora le han puesto la del Arco, por la puerta del lugar, que estaría unida con un muro hasta la torre).
Al final, este artículo de la torre de la iglesia de Mesones ha resultado ser uno de los más importantes de todos los que he sacado en el blog, ya que revela, definitivamente, el verdadero origen de la actual población de Mesones.
De muy pocos pueblos puede saberse más de su historia que de éste (incluso, de la más antigua, la prehistórica, la de los dólmenes, como hemos visto). Además, ahora, sabemos también del verdadero origen del castillo. Sin duda, somos unos auténticos privilegiados (aunque, seguramente, aún no nos damos cuenta; hasta que no nos lo diga algún “forastero”).
Solo hace falta que “a los que corresponda” den a conocer al “mundo” todo esto, vamos, QUE SE INTERESEN SOLO UN POCO POR MESONES.
ANEXO A ESTE ARTÍCULO DE LA TORRE DE LA IGLESIA DE MESONES
Como ya vimos en el “Face” de Mesones el 2 de marzo de 2021, y para que esto quede también reflejado en este blog como parte de la historia de Mesones, el libro de Francisco Abbad Ríos “Catálogo Monumental de España (Zaragoza)” describe los retablos y algunos otros objetos que había en la iglesia de la Asunción de Mesones de Isuela sobre finales del año 1947 (en la visita que realizó este catedrático de Historia del Arte a Mesones, por fortuna para conocer ahora la historia de nuestro pueblo); retablos de los que actualmente solo queda uno, el del Rosario, los otros se vendieron, parece ser, cuando estaba de cura D. Luis, posiblemente, para pagar algunas de las reformas de la iglesia de los años cincuenta del siglo XX, como hemos ido viendo. Para conocimiento de todos lo transcribo.
Dice textualmente el catálogo:
“IGLESIA PARROQUIAL DE LA ASUNCIÓN. Es un edificio construido con ladrillo, tapial y mampostería, recios contrafuertes, abierto por puerta sencilla abierta en el muro sur en arco de medio punto, tejado a dos vertientes y torre en los pies, de planta cuadrada, excepto el cuerpo superior, octogonal; decorada con las combinaciones de rombos de ladrillos resaltados.
Por el interior tiene una nave con cabecera poligonal cubierta con bóveda estrellada.
Esta iglesia debió de ser primeramente mudéjar, cubierta con madera y construida probablemente a principios del siglo XVI (como vimos, pudo construirse poco después de 1550); más tarde, quizá en el XVIII, se le añadió en el lado del evangelio (aún vieron muchos en los años sesenta el púlpito -para echar los sermones- antes de llegar a la puerta de la sacristía, que quitaron porque ya no se usaba y estorbaba con los bancos para pasar; sin embargo, hubiera sido interesante conservar estas cosas originales; eran otros tiempos) una capilla de planta cuadrada cubierta por una cúpula ciega sobre pechinas (cúpula con linterna). Conserva dos yeserías de dibujos mudéjar y ejecución barroca que decoran el intradós de dos arcos de la entrada de dos capillas.
RETABLO DE SAN BLAS. Es obra del último tercio del siglo XVI, en madera, con tablas pintadas toscamente y muy ennegrecidas, coronadas por las de la Sagrada Familia.
RETABLO DE SANTA LUCIA. También en madera, es obra de tipo popular de fines del siglo XVIII; las imágenes policromadas de Santa Quiteria, Santa Lucia y San Antonio Abad son obra de artesano local.
RETABLO DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES. La imagen es de vestir, con el rostro trabajado con cierto esmero.
RETABLO MAYOR. De tipo herrería o, en madera y, por tanto, de fines del siglo XVI; es obra no muy cuidada de artista local.
RETABLO DE LA VIRGEN DEL ROSARIO (el que aún se conserva). Es del mismo tipo que el retablo mayor, con pinturas sobre tabla representando los quince misterios del rosario; es obra de escuela aragonesa de la segunda mitad del siglo XVI (quizá, de cuando se construyó la iglesia; de un gran valor).
RETABLO DE SAN ANTONIO. Es interesante por el lienzo que representa a San Antonio en éxtasis con el Niño, y en lo alto la figura de la Inmaculada sobre nubes; en la parte inferior, el retrato de busto de la donante, en actitud de orar, vestida a la moda de fines del siglo XVII, con un gran joyel sobre el pecho. No hay datos referentes a este cuadro y se ignora el autor; podría quizás, a juzgar por las semejanzas con el lienzo del retablo mayor de la parroquia de Farasdúes, tratarse de Pedro Aibar Jiménez. La época del cuadro se puede fijar entre la última decena del siglo XVII y primera del siglo siguiente.
ORFEBRERÍA. Cruz procesional de plata en su color, enchufe decorado con formas vegetales grabadas a buril, nudo esférico con cuatro bustos de apóstoles dentro de medallones fundidos a la cera; los brazos de la Cruz rematan en flor de lis y se reúnen en un medallón cuadrado en el centro. Están decorados con bustos dentro de medallones de un sentido muy clásico, labor de hojas hechas con buril. En el anverso aparece el Cristo, y en el reverso, la Virgen, en pie, sobre una ménsula decorada con una cabeza de ángel y con el niño en los brazos, ambas esculturas fundidas.
La cruz tiene fecha de 1568 y punzón de Zaragoza y del platero Jerónimo de la Mata.
Copón de plata dorada con su tapa rematada por la cruz; la superficie exterior de esta pieza va decorada con temas de cartelas grabadas a buril. Es obra de fines del siglo XVII y tiene punzón de Zaragoza.
Cáliz de plata, en su color, decorado con temas de cornucopias y conchas, repujado y cincelado, estilo Luis XV, mediados del siglo XVIII. Punzones de Zaragoza y Uroces.
Relicario en forma de sol, de plata, liso. Punzones de Estrada, Zaragoza. Siglo XVIII.
Naveta de plata en su color decorada con hojas. Punzones Estrada, Zaragoza. Siglo XVIII.
Custodia en forma de sol, bronce dorado, pie circular decorado con temas de cartelas grabadas a buril, cabezas de Ángel en repujado y cabujones de pedrería falsa. Astil de jarrón, buril cilíndrico rodeado de rayos rematados en estrellas de once puntas. Mediados del siglo XVIII.”
Por otra parte, en el libro de la cofradía del Santo Rosario (como sabemos, fundada ya en 1612) de los archivos parroquiales de Mesones existe el siguiente documento:
“En el presente año de 1721, desde el primero día julio, hasta el día 13 de agosto de dicho año, se hizo en la ciudad de Calatayud la imagen de escultura del Señor San Roque, y la hizo Joseph Guilez, maestro escultor, y por su cuenta se doró, y se tofó, y le puso los ojos de cristal, concertado todo en veinte y seis libras jaquesas, y una arroba de miel, y la concertó con mí el abajo firmado, y cuando la trajo a esta villa, se le dieron de agradecimiento veinte reales de mas de lo concertado, cual más, cual menos en judías de antes recogidas, y otras especies recogidas del año de antes, y por la verdad lo firme en 20 de agosto de 1721”.
El Licenciado Domingo Muñoz Ibañez
Comisario del Santo Oficio Y Vicario
“Asimismo, se hizo en el mismo tiempo, que se dice arriba (1721) el relicario de plata en que están las reliquias del Señor San Roque y otras, y lo hizo en Brea, Esteban Andrés, hijo natural de esta villa de Mesones, y costó de manos de dos doblones, piedras y cristales doce reales, y lleva de plata diez y ocho onzas y media, se pesó con las piedras que tiene, y se quitaron dos onzas por las piedras. Importa todo veinte y ocho reales de a ocho, y se pagaron del resto de las limosnas, que arriba se dicen, y por la verdad, lo firmé en 20 de agosto de 1721”.
El Licenciado Domingo Muñoz Ibañez
Comisario del Santo Oficio Y Vicario
Este documento pues nos dice que el relicario al que se refiere Abbas Ríos se hizo en 1721, el mismo año, como también dice, en que se encargó y se realizó la escultura de san Roque. Esto nos podría hacer pensar que la ermita de San Roque de Mesones (otro de los santos de este pueblo) fuera también construida por entonces, al igual que el retablo de su altar. La de San Vicente sería anterior, del siglo XVII, y más cerca de la población de Mesones; las dos, como vemos, en las entradas al pueblo, para proteger a sus habitantes de las pestes y otras epidemias. En el paraje de San Roque de Mesones tuvo que existir también un peirón (sería el de San Roque), hoy desaparecido; al conservarse todavía por ahí en esa zona el nombre del Peirón (paraje que está entre San Roque y la Cosumera).
Por lo que he ido viendo, nadie se va a interesar por Mesones. Las instituciones no van a hacer nunca nada. La causa no es difícil de entenderla. Tendrán que pasar todavía muchos años para que algo cambie. El silencio, el no decir nada, será lo que venga ahora, porque tampoco cabría otra cosa.
ResponderEliminarSólo haría falta que la máxima autoridad pusiera firme, vamos, que destituyera a todos que quieran perjudicar a Aragón ocultando todo, porque esto no tiene vuelta de hoja.
EliminarLo que está claro, si el Ayto. de Mesones no se hace valer, y por lo visto aún no se ha enterado de nada, viendo su página web, aquí no hay nada que hacer. Porque nunca llegará esto a la última instancia descubriendo el pastel, porque nadie más se lo va a contar.
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