INFORME SOBRE LA SITUACIÓN, UTILIDAD Y DEFENSA DEL CASTILLO DE MESONES

 

Es el título del informe que hace el coronel de Ingenieros de la Comandancia General de Ingenieros de la Zona Centro, del ejército liberal, D. Manuel Ubiña Sánchez en 1839 sobre el castillo de Mesones. 

 

Este tema apareció en el Facebook de Mesones en dos artículos, el del 5 de febrero, con el título “Un dibujo muy chulo del castillo, y en color”, y el de 12 de febrero de este año 2022 con el título “Informe sobre la situación, utilidad y defensa del castillo de Mesones”.

 

Dado que unir los dos artículos en uno resultaría un reportaje muy amplio, los voy a publicar con el mismo título (ya que es de lo que tratan) pero en esas dos mismas partes que aparecieron en su día.

 

INFORME SOBRE LA SITUACIÓN, UTILIDAD Y DEFENSA DEL CASTILLO DE MESONES. 1ª PARTE




Cuando vimos en el mes de diciembre de 2021 en este Facebook de Mesones, por cortesía de mi primo Pedro (salía en una conferencia sobre algunos aspectos del castillo), este dibujo tan chulo del castillo y, además, de momento, el más antiguo que conocemos y “en color” (el no va más), ya supe que le tenía que dedicar antes o después un artículo, sobre todo, al ver luego algunos detalles del mismo que ignorábamos hasta ahora. Y en un futuro museo de Mesones debe tener, sin duda, un gran panel expositivo.

 

Se trata de un dibujo del castillo, una especie de plano, de cuando la primera guerra carlista (1833-1840) realizado por el ejército del gobierno isabelino, o cristino (los liberales), para un informe que se hizo a fin de evaluar la conveniencia de reforzar o desmantelar (una de dos) en esta contienda esta fortaleza. 


Afortunadamente, como ya dije una vez en un comentario en otro artículo (seguro, por falta de fondos) no se llevó a cabo ninguna de las dos acciones. De algo tienen que servir a veces las “carencias” de un país; como se dice, no hay mal que por bien no venga (quizás, lo de la gran campana sería de las pocas intervenciones militares que se hayan hecho después desde D. Lope; a parte de destrozar esa ménsula a tiros en la guerra civil; aunque el expolio se encargó de hacer bien su trabajo).

 

Antes de ver el dibujo teníamos ya copia de dicho informe, pero su “traducción”, por el tipo de letra antigua y particular, resultaba muy complicada; no se entiende muy bien el contenido de todas las frases, y solo se adivinan algunas expresiones. Esto es, sin duda, un trabajo para “expertos” que estén habituados a este tipo de letra. Pero, como ya he dicho, lo que viene a decir es lo anterior. No obstante, intentaré ir “descifrando” lo que pueda.


Y es que toda esta zona del sistema ibérico fue lugar de paso de los dos ejércitos (ya sabemos que pasaban por aquí también los “contrabandistas” que venían de Francia hasta Madrid aprovechando las montañas; y hasta se enfrentaron al ejército en Andacón), el carlista y el isabelino, de ahí el estudio que se hizo en ese informe barajando esas dos opciones.

 

Esto me recordó lo que dijo Pedro de Pablo Aparicio en su historia de Tabuenca en 1963: “El 17 de agosto de 1836 llegó a Tabuenca la facción carlista de don Basilio Antonio García procedente de Borja, en cuya ciudad había arrancado la placa de la plaza de la Constitución. Tras ellos iban los liberales al mando de don Francisco Ortega y en Tabuenca se avistaron ambos bandos. Los de Basilio se fueron a Illueca y los de Francisco a Talamantes”. Como decía Pedro de Pablo, una especial manera de “hacer la guerra”. Aunque en otros sitios y momentos sabemos que no fue así; eran ahora los inicios, antes de romper las hostilidades, y aún nadie sabía cómo iban a desencadenarse los acontecimientos.

 

Como vemos, es un dibujo interesantísimo del castillo, pero vemos también que ese plano de la fortaleza no está completo, no marca todas las estancias. Si bien se preocupa el autor de enseñarnos pequeños detalles (como los respiraderos de las cocinas), en él no aparecen, sin embargo, los subterráneos de la torre central norte, las “caballerizas” (casi enterradas; aunque había una bajada), los calabozos o la cripta (mucho más profundos).

 

Estancias más amplias e interesantes que las otras subterráneas que sí aparecen: el “pequeño” aljibe de D. Lope (en comparación con el original templario) y el corral de ganado. Pero, quizás sea por eso de lo que dice el dibujo de “vistas por la línea …”, no sé (en esa toma se podría haber dibujado todo; parece ser la misma “línea”); sin embargo, puede que nos falten otras “vistas”; debe haber más dibujos, como vemos en lo que sobresale a la izquierda; si es así, a ver si los llegamos a conseguir; para el futuro museo sería también interesante.

 

Y vemos que el dibujo marca el suelo, completo, de la planta primera de la almena alta. No creo que esto fuera una invención del dibujante para señalar que ahí hubo un suelo. No sería nada “científico”, por lo que creemos que el suelo que puso el arzobispo en esa planta todavía se conservaba; los maderos, seguramente de pino, todavía estarían bien al no mojarse (como el de la cripta); por lo que su desaparición sería también fruto del expolio, igual, para llevarse esos maderos.

 

Pero, lo que enseguida llama la atención al ver ese dibujo del castillo es el hecho de que en la almena alta parecen conservarse casi todos los matacanes de la misma, cuando habíamos pensado que estos habrían sido quitados ya en su mayor parte durante la guerra de los Pedros, a salvo de esos pocos interiores que vimos en la foto de finales del XIX, los únicos que quedaban ya (porque no creo que esto fuera un invento también del dibujante, que al ver todavía unos canes quiso poner también los matacanes, para hacer ver cómo sería esa torre antes; sería muy raro y, como hemos dicho, poco “científico”). La explicación más lógica que podríamos dar a esto es que “no les dio tiempo”. Quizá, la falta de presupuesto (lo de siempre) para desmantelar el castillo, y de tiempo (quizá, sobre todo, de tiempo: una guerra de por medio y el enemigo avanzando muy rápido), permitió que se conservara éste hasta hoy; una suerte también, de lo contrario, podría no haber quedado ni rastro (como pasaría con muchos otros castillos, más “flojos”).

 

Ya vimos que empezaron eliminando los elementos más defensivos: 


1) las almenas de las murallas (que ya no reconstruyó, como estaban, nadie, “ni los Urreas”; en eso estarían pensando…, como para pensar que fueran ellos los que “terminaran” o “rehicieran” la almena alta con matacanes, cuando ya se había cambiado la puerta de entrada, y poniendo además la cruz patada arriba -la que sale del octógono-, en la clave, como vimos, debajo -en este caso, encima- del escudo de San Bernardoo poniendo escaleras “templarias”; o signos de cantero románicos y “templarios”, casi ya en el Renacimiento; el arzobispo, aún, pero, hubiera puesto su escudo)


2) Los matacanes de las torres -menos los de una; la más “complicada”-.


3) El suelo de la planta del adarve de la torre alta (el eje de toda la defensa del castillo) y del de la torre central norte (torre, como hemos visto, importante en el castillo -desde luego, fueron a por ella; sería de las primeras; y el túnel, ya, cegado (al romper también el techo del subterráneo), para que Carlos ahora no viera nada-).


4) Y la brecha en el muro y torre sureste (el de la capilla templaria; a los habitantes de Mesones no les habría importado empezar por aquí, suponemos). 

También debieron desmochar, como dije ya una vez, la torre noreste, la de la actual capilla. Bastaría también con quitar una pieza del arco para que se cayera todo el techo.

 

El resto, parece ser, no les dio tiempo; además, los propios mesoneros no estarían por la labor, como ya dije, y no le pondrían “empeño”. Hasta con esta “destroza” aún podrían refugiarse bien. Y, quizás, los castellanos no quisieran enfrentarse con este “gigante” y, simplemente, lo dejaron de lado (como ya dije, hubo castillos mucho más pequeños que resistieron bien). No sé si alguna vez podremos encontrar documentación sobre este periodo relativa a Mesones para conocer bien todo esto, difícil.

 

Y otro detalle que desconocíamos es esa abertura en el medio, en lo alto, del muro oeste. Es lo único que se conservó, pues, hasta entonces de las antiguas almenas de ese muro (después ya hemos visto que desapareció por completo). Parece tratarse, como me dijo Eloy, de la pequeña entrada a un cadalso, un pequeño matacán de madera que sobresalía del muro y desde el que se podrían arrojar objetos -piedras- estando protegido arriba. Justo debajo estaba la rampa de subida a la puerta elevada, que era lo que protegía. Lo de quemarla hubiera sido ya lo último, por si tenía que salir del castillo alguno con caballos. Este cadalso también lo quitarían al destruir las almenas de ese muro.



Esa abertura en lo alto del medio del muro señalada con círculo ⭕️, podría tratarse con casi toda seguridad de una entrada a un cadalso, que es un pequeño matacán de madera que sobresalía del muro, desde el que se podrían arrojar objetos, estando cubierto normalmente, lo que protegía a sus ocupantes del fuego enemigo. Justo el cadalso cae debajo de la rampa que habría originalmente para acceder a la puerta elevada. ¡Otro nuevo secreto descubierto que escondía el castillo de Mesones gracias al plano de 1839! Actualmente, si te fijas en ese muro, se ve que en esa zona del cadalso es un pelín más elevado que el resto del muro.





Mechinales para encajar las maderas que sostendrían el cadalso

Esta fotografía viene a confirmar con más indicios la teoría que expusimos de que en este muro pudiera haber un cadalso. Se ven tres agujeros que pasan de lado a lado del muro, donde se introducirían las maderas. Desde ahí protegerían la entrada original del castillo. Gracias al dron de mi sobrino Enrique he podido ver estos detalles que desde el suelo pasan inadvertidos.



Interior del agujero donde irían los maderos de los mechinales.


Pero, cuando ya tenía escrito todo lo anterior, para sacarlo después en otro reportaje, encontré la foto de la “cartulina” en la que estaba el dibujo anterior que, como ya vimos, parecía que contenía algo más, y era nada menos que un plano general “aéreo” del castillo, con las diferentes estancias, y también con comentarios sobre éstas; os lo pongo; estaba fechado y firmado, en La Almunia el 19 de agosto de 1839; algo completamente desconocido hasta ahora para nosotros y una auténtica y reveladora sorpresa, como veremos, y que paso seguidamente a comentar (ahora nos explicamos lo de las “vistas por las líneas…”). No pensaba sacar este artículo tan pronto, pero creo que esto se merece que lo conozca todo el mundo cuanto antes.

 

¡¡¡El que haya leído hasta aquí, que no se olvide de ver la última fotografía!!! 




PLANO GENERAL DEL CASTILLO DE MESONES DEL AÑO 1839 REALIZADO POR EL CORONEL DE INGENIEROS DEL EJERCITO ISABELINO MANUEL UBIÑA. 

En primer lugar, señalar que la impresión que da el plano general “aéreo” es que el castillo es muy similar a lo que actualmente hay o, mejor dicho, a lo que había en los años 50 del siglo XX, de acuerdo a las fotos que ya hemos ido viendo. Pero, lo más interesante y sorprendente de todo es que a la almena alta, señalada con la letra A en ese plano, como vemos, la denomina el “torreón de la sala dorada”. ¡Sorpresa¡ No sé si alguien sabía antes de ver este dibujo algo de esto, yo no.

 

Como ya hemos visto antes, la planta baja de la almena alta tenía, pues, techo, según ese plano, y ese techo parecía tener una techumbre “dorada” (tendría que tratarse de la techumbre; es lo más lógico); quizás también, algo parecido a la de la capilla, no sé. Habrá que ver otras techumbres “doradas” de la época para ver cómo podría ser ésta. Como sabemos, en el castillo de Illueca está la “sala dorada”, por su techumbre mudéjar de ese color, también del siglo XIV. Podría ser algo parecido, pero con otra forma. 



Sala dorada del castillo de Illueca. Mudéjar del siglo XIV, como el del castillo de Mesones.

 

Para los templarios era la torre más importante, la más alta, la del homenaje; la octagonal, la que conectaba el cielo con la tierra; y quizás para D. Lope, como buen “templario”, también lo fuera y la decoró por ello; y hoy sería también, seguramente, como la de la capilla, Patrimonio de la Humanidad. Quizá sí que estuviera aquí su oratorio “privado”; qué menos para la categoría de un arzobispo; lo otro ya vimos que era un balcón “festejador” (desde fuera, como ya dije, se ve claramente la ventana del “balcón”).

 

Cuando este plano, estábamos en el momento de la “desamortización” y poco después casi todos los monasterios, y demás, fueron “arruinados”. Algo parecido podría pasar a partir de ahora en este castillo que, salvo la capilla, y gracias a los cofrades (aquí, en la sala dorada, estos no pintarían nada al ser algo “privado”), lo demás sería subastado o malvendido por sus dueños, y de esta sala, como vemos, todo (suelo -de piedra, como ya las vimos-, techumbre -el suelo mismo de la planta primera, hasta con los maderos- y lo que hubiera). Tenemos ya tajo para investigar esto, pero no sé si se podrá saber algo más. Quizá en los documentos antiguos del Ayuntamiento salga algo. Sabemos, como he apuntado, que hubo litigios en el siglo XIX de los cofrades y el Ayuntamiento de Mesones por el castillo, sería por la capilla, con los condes de Aranda. Con la “sala dorada” no podrían hacer nada. Y si les hubieran dejado, hasta la capilla habría sido desmantelada, seguro. Es muy posible que hasta se hubieran vendido también todas las columnas del claustro que quedaran, antes de realizarse este plano, como vemos; el resto, ya no sería rentable arrancarlo porque costaría mucho. La columna que vimos en un corral sería ya de la terraza.

 

Todo parecería indicar que la techumbre sería desmontada y puesta en algún otro sitio. Si hubiera sido sobre mitad del siglo XX podríamos pensar que estuviera ahora en USA; pero lo más probable es que se encuentre en Cataluña. Habría que mirar por allí en alguna capilla de alguna iglesia, o en algún “palacete”, armaduras “doradas” que lleven las armas de D. Lope. Y conteniendo pinturas las tablas de la techumbre de la capilla, igual aquí también pintaron algo; igual fueron también ángeles, al estar en una torre octagonal, el símbolo de la resurrección y la forma de la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén; como la estrella de Salomón, en cuyo “templo” estuvieron los templarios, de ahí su nombre, como ya sabemos. Pero, no creemos ahora que fuera desmontada en esos años aún cercanos del siglo XX, ya que alguien habría podido oir algo de la sala dorada y nadie parece ser sabía nada de este nombre, ni de nada de eso. Es más fácil que fuera de algunos años antes, quizás, como ya dije en el artículo del “Torreón de la sala dorada”, de principios del siglo XX y que fuera trasladada a USA y, seguramente, esté ya perdida para siempre. Estas cosas, además, se hacían en absoluto secreto para que no se enterara nadie, y menos la Administración.

 

A la torre del campanillo, la de la letra B, la llaman “torreón de la campana” (no estaba ahora, pues, aún el “campanillo”). La campana será aquella enorme, que ya vimos, que pondrían en la guerra de Sucesión para que se oyera bien, por si venían los felipistas. Al final, vinieron.


Torre del campanillo.



A la puerta elevada del muro oeste (la templaria), a la que identifican con la letra K, la llaman la “puerta alta actualmente tapiada”. Ya sabían, pues, que era una puerta.


 

Puerta elevada.

En la terraza vemos aún el muro que la separaba del puesto de guardia, con sus matacanes de la garita que asomaba a la puerta de abajo de la carrera, que hizo D. Lope; de su barbacana. Aún vimos parte de este muro de la terraza, medio roto, en una foto de Galiay.



Corroborando el plano encontrado de 1839, encontramos esta fotografía de José Galiay donde se puede ver los restos de muro que cerraban parte de la galería. También vemos otra puerta actualmente tapiada que sale en ese plano del castillo.


Y señalan, en color amarillo, dos actuaciones a realizar, las de las letras L y M. La L es un “foso y puente levadizo que se proyecta”, unos metros antes de llegar a la puerta de entrada del castillo, en la “carrera” -hubieran tenido que picar lo suyo ya que es todo roca-; y la M, como podemos ver, un “pequeño cuerpo de guardia” junto a la puerta, dentro del castillo, pegado al aljibe de las caballerizas que hizo D. Lope, y para poner también,quizá, su fuente (la decorativa, en medio del patio o jardín)

 

Y también llama la atención, como podemos ver, aunque nada se dice de esto, una especie de muro que continua desde la ermita hacia la puerta de entrada del castillo. Pueda ser que en algún momento estuviera dividido así el castillo. No sabemos si esto fue ya cosa de D. Lope o más bien de los condes de Aranda para separar después en un determinado momento sus posesiones de la de los cofrades, la capilla. Esto aún estaría también por investigar. Poco a poco.

 

Lo demás, lo tenéis ahí en la cartulina del dibujo y plano del castillo, en la “Esplicacion”.

 

Como dice el dicho, nunca te acostarás sin saber una cosa más. Por eso, como os dije, cualquier indicio o pista, por insignificante que parezca, puede ser importante para seguir descubriendo la historia del castillo. Como dijo Eloy en su libro del castillo, una cosa llevará a otra y así sucesivamente…



PLANO AÉREO ESPECTACULAR DEL CASTILLO DE MESONES. CODIFICACIONES DE LAS LETRAS MÁS SIGNIFICATIVAS DEL PLANO:

A. TORREÓN DE LA SALA DORADA
B. TORREÓN DE LA CAMPANA 
C. ALOJAMIENTOS NO CONCLUIDOS
D. GALERÍA 
E. ALGIBE
F. CABALLERIZAS 
G. SUBTERRÁNEOS ABOVEDADOS QUE PUEDEN SERVIR PARA ALMACENES
H. HERMITA
K. PUERTA ALTA ACTUALMENTE TAPIADA
N. ARCOS PARA RECIBIR LOS TECHOS DE LAS HABITACIONES ALTAS. 
 
 
En ese plano del coronel Ubiña de 1839 vemos el ventano que va de las cocinas al refectorio y que estaba abierto, lo que indica que posteriormente se cerró como vemos en esta fotografía.

“Esplicación” del plano codificado con letras realizado en La Almunia el 19 de agosto de 1839.


Techumbres Mudéjares “doradas”.











Otra techumbre mudéjar, aunque esto parece ya más “barroco” (el “esplendor” del mudéjar; aunque la que veremos luego, del arzobispo, no se queda atrás). La estrella de ocho puntas (como la estrella de ocho pétalos del boceto del sillar del castillo que vimos), como la que está en el centro de esta techumbre mudéjar-también está el “asterisco” de 8 puntas-, quizás fuera la “protagonista” en el “torreón de la sala dorada” del castillo de Mesones, de planta octagonal. Son también las ocho puntas de la cruz patada, que aparece en el octógono, aludiendo a las ocho bienaventuranzas, las ocho reglas de los caballeros templarios.

Techumbre de la capilla funeraria del arzobispo. Octogonal y “dorada”.

Como dice Javier Vázquez Zaragoza: “Dentro del amplio abanico de techumbres que encontramos en el arte mudéjar destacan el tipo de limas o artesa. Este tipo de techumbre podemos decir que es una rareza en Aragón ya que tan solo contamos con 2 ejemplos. Pero si la cantidad es poca, la calidad de ambas obras es excepcional. Dos ejemplos únicos en donde se combinan las influencias del mudéjar sevillano (durante las obras del arzobispo en el castillo de Mesones fue alcaide del mismo Lope Sánchez de Sevilla) con las tradiciones locales, dando como fruto estas dos obras sobresalientes, a la altura del personajes que las mandó hacer, sin duda una figura clave en el arte medieval aragonés: el arzobispo Don Lope Fernández de Luna que dirigió la mitra cesaraugustana entre 1351 y hasta su muerte en 1382. La primera de ellas es la techumbre de limas que cubre la capilla alojada en uno de los torreones del castillo de Mesones de Isuela… La techumbre es espectacular, engalanándose con finas pinturas góticas... El segundo ejemplo lo encontramos en la capilla funeraria que el arzobispo don Lope se mandó construir en la Catedral Metropolitana del Salvador en Zaragoza. Esta capilla, dedicada a San Miguel Arcángel… se proyecta sobre el que fue uno de los ábsides cuadrangulares de la primitiva cabecera románica de la catedral, ampliándose con dos tramos más que se cubren con bóvedas de crucería. El espacio que ocupaba el ábside mencionado se cubre con la soberbia techumbre de limas, esta vez con suntuosa decoración de mocárabes. Esta techumbre, cual magnífica bóveda celestial, sirve de dosel al sepulcro donde el arzobispo descansa su sueño eterno ...”

Sepulcro donde descansa el Arzobispo D. Lope.

Techumbre de la ermita del castillo de Mesones.

Primera hoja del manuscrito de puño y letra del coronel ingeniero Manuel Ubiña que acompañaba a los planos y croquis realizados de Mesones y su castillo en el año 1839.

Última hoja del manuscrito.

¡¡¡ Lujazo de croquis de Mesones!!! del año 1839. El más antiguo conocido y con muchos detalles, realizado en La Almunia en 1839 por el coronel de ingenieros Manuel Ubiña. 

Vemos en azul la acequia Molinar, de la que parten diversos riegos principales hacia la huerta de Mesones; y, casi al final, cómo pasa por debajo del molino alto. Vemos que no es un plano exacto del pueblo pero refleja a grandes rasgos el conjunto, el “posicionamiento” de Mesones. 

http://www.castillodemesonesdeisuela.com/2022/06/informe-sobre-la-situacion-utilidad-y_18.html 

 




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