LAS CANTERAS DEL CASTILLO
LAS CANTERAS DEL CASTILLO
Sin duda, lo más importante y esclarecedor de este reportaje son las “fotos”.
Este tema apareció en tres artículos del Facebook de Mesones, el de 29 de marzo, 2 de mayo y 24 de octubre de 2021. Lo principal de ellos, como pudimos comprobar, no fue el texto de los artículos, muy corto (no como otras veces, en donde había más que contar), sino la gran cantidad de imágenes de marcas de extracción de sillares que mostré, que era lo que interesaba, además, de diversos lugares de Mesones; con esto sobraba para comprender todo.
Y es que, como ya vimos, no existió una única cantera para hacer los sillares del castillo, sino que los montes de piedra caliza (aunque también se observan unas pocas de arenisca roja; abundante también por aquí) de Mesones, hasta Nigüella, fueron la gran cantera del castillo templario (D. Lope ya hemos visto que utilizó también la arenisca roja para sus obras de “mampostería”; como también la utilizaron los templarios para hacer los techos “subterráneos”, esos que “no se veían”; el resto de la construcción templaria, a salvo de unas pocas reutilizaciones en sitios también menos visibles, como vimos, del “otro castillo”, era de buena piedra sillar; como correspondía a un monasterio “románico”).
Pero, esto lo descubrimos después de lo que nos contó Eloy en su libro del castillo (antes nadie se había preocupado):
He dedicado gran parte de la mañana a caminar por los alrededores del espolón rocoso, hallando evidentes huellas de extracción de este tipo de piedra, arrancada con punzón. Como ya venía sospechando, la piedra caliza no se trajo desde Morata, sino que proviene del mismo lugar de la construcción, lo cual, por otra parte, es lógico. ¿Por qué iban a traerla desde Morata, a lo largo de veinte kilómetros de pendiente, cuando existen afloramientos en Mesones? Aquí hay mucha piedra; la piedra roja de rodeno es dominante en la margen derecha, pero en la margen izquierda hay largas vetas de caliza blanca.
Los templarios reconvirtieron un roquedo sagrado para los celtas en pedestal de su gran fortaleza.
No solo extrajeron piedras, sino que en algunos sitios dejaron "paredes" para proteger el cerro donde construyeron el castillo.
Y como comentó también Eloy en el “Face”: “El roquedo sobre el que se asienta el castillo no sería igual antes de su construcción. Los templarios no solo cambiaron el territorio; sino que también su historia”.
Como ya dije por ahí en un comentario, es que todo estaba ya en el libro de Eloy; y al final nos hemos dado cuenta que hasta la “causa” de construcción del castillo de Mesones (todas las piezas, poco a poco, han ido encajando, como hemos ido viendo -pero aún quedan muchos reportajes para sacar en este blog para comprender bien esto-).
Después de lo anterior, y una vez realizada la correspondiente inspección, ya pude escribir en el “Face”lo siguiente:
La montaña rocosa sobre la que se asienta el castillo de Mesones fue una de las principales canteras de las que se sacaron las piedras sillares calizas para la construcción del castillo. Es otra de las conclusiones que saqué ayer en mi visita relámpago a Mesones … porque vi con mis propios ojos las marcas de extracción de piedras en la parte norte (detrás del castillo) y, para más inri, dichas marcas están junto a la muralla del castillo. ¿Pero, cómo no nos hemos dado cuenta antes de esto?. Os pongo fotografías que lo demuestran, pero lo mejor, si estáis en el pueblo, ya que es Semana Santa, subáis a la parte de atrás del castillo y lo veáis con vuestros propios ojos.
Las piedras del castillo de Mesones no se trajeron de Morata; sus constructores (los templarios) reconvirtieron un risco irregular en un castillo roquedo, utilizando las rocas para sacar las piedras para la construcción del castillo, al tiempo que allanaban el terreno para ello… No me imagino en el siglo XIII trayendo desde Morata semejante cantidad de piedras, por lo costoso, por la inexistencia de caminos adecuados, ...con la pobreza de aquellos tiempos.
También utilizaron piedras del barranco de la Canalija hasta la zona de Andacón. Zonas muy próximas al castillo. Me imagino a las caballerías subiendo las piedras por el Cuello Castillo.
Y, en otra publicación que llevaba por título LA CONSTRUCCIÓN DEL CASTILLO DE MESONES CAMBIÓ LA OROGRAFÍA Y PAISAJE DE LOS MONTES DE MESONES Y NIGÜELLA. LAS PERSONAS QUE VIVIERON EN EL SIGLO XIII VIERON UNOS MONTES MUY DIFERENTES A LOS ACTUALES; después de haber hecho varias “excursiones”:
Hemos realizado varías excursiones por las colinas calizas rocosas pegadas al castillo en su lado oeste, también detrás del castillo, y por los montes de la Solana, los montes junto a la granja de los Carmelos, el Cabezo Agudo, las Antiojeras y la beta rocosa caliza que va desde detrás del castillo y desde la piedra de la Canalija hasta Nigüella; y para nuestra sorpresa nos hemos encontrado las mismas marcas de extracciones en todas esas zonas. Siendo el castillo el punto centro neurálgico, la zona de montes rocosos de extracción comprendería aproximadamente desde el castillo 1,5-2 kilómetros hacia Nigüella y 2 kilómetros hacia el Cabezo Agudo y las Antiojeras (dirección Andacón), llegando hasta la zona del Ventoso, aproximadamente a unos 3 kilómetros. También trajeron alguna partida de piedras negras de la zona de Rodanas, bastante más lejos, quizá porque se trabajaban bien, de las que se pueden observar en la almena alta.
Los canteros respetaron, sin duda, como hemos podido comprobar, los lugares y las piedras sagradas de los montes de Mesones que hay por los montes de la Solana.
ESTOS MONTES ROCOSOS FUERON LA GRAN CANTERA DEL CASTILLO DE MESONES Y NO LAS CANTERAS DE MORATA, como dicen algunos libros …(no recorrieron los montes de alrededor del castillo, ni siquiera se dieron una vuelta por la muralla norte donde las marcas de extracción eran evidentes).
Estos montes quedaron pelados y alisados de roca, pues la construcción del castillo requirió toneladas y toneladas de piedra, que hoy podemos contemplar en el castillo, en casas, corrales y calles de Mesones, en diferentes colores y tonalidades; que hacen al castillo un camaleón multicolor, que varía según el día esté soleado, nublado o lluvioso; lo que lo hace también único.
Ya lo dice Santiago Lorén en su “Guías de España, Aragón” de 1977: “... Mesones, que posee quizá el castillo más bello de todo el país, macizo, de planta rectangular, con seis torreones de exterior cilíndrico, una imponente obra de arte del siglo XIV, en cuya capilla hay un artesonado mudéjar con encantadoras tablas pintadas.” No se equivocaba en casi nada.
Más tarde, quise mostrar algunas “imágenes curiosas” de marcas de extracción, y con este título ALGUNAS IMÁGENES CURIOSAS DE MARCAS DE EXTRACCIÓN QUE LOS CANTEROS DEL CASTILLO DEJARON EN LOS MONTES DE MESONES, publiqué un nuevo artículo en el que aproveché para indicar lo que todavía seguían diciendo algunos guías del castillo en ese momento, a pesar de haber mostrado ya más de un centenar de fotografías de marcas de extracción de los sillares del castillo en los montes de Mesones:
Las marcas de los canteros al extraer las piedras para hacer los sillares del castillo dejaron gravadas en los montes de Mesones formas muy curiosas.
Algunos guías del castillo de Mesones aún siguen diciendo que el castillo se hizo con piedras que trajeron de Morata, y a pocos metros de su caseta tienen marcas de extracción. Creo que están un poco "desfasados", ya que no hay a estas alturas otra explicación.
Creemos que Mesones no se merece esto. El caso es que esto además no lo ha afirmado nunca nadie. La única publicación que existe es lo que dijo Martínez Prades al señalar que para Ana Mª Gascón de Gotor el origen de la piedra caliza de su construcción "estaría en las canteras de Morata por su proximidad a la fortaleza".
Es decir, la única prueba "científica" es la proximidad (más de 13 kilómetros; hasta las “supuestas” canteras, las que existen hoy) a un lugar donde se extraían piedras y tierra (todo junto y con excavadoras; no piedras solas ni, por supuesto, sillares -aquí no hay ninguna cantera solo de piedra, como la hay en Calatorao; ni la ha habido nunca, según dicen los propios habitantes de Morata-) para hacer cemento. Y esto que es una mera suposición (y así lo dice la autora, según Prades) ha quedado ya como verdad absoluta y establecida, en libros, publicaciones de todo tipo, internet y, lógicamente, para los guías.
Pero, exactamente lo mismo ha pasado con otros muchos aspectos del castillo, el rigor científico de los que han leído a los autores y han hablado después del castillo ha brillado siempre por su ausencia, y lo que dijeron sus autores como meros supuestos (siempre hay que avanzar hipótesis para poder avanzar) lo han convertido otros al final en una verdad absoluta, sin prueba alguna.
Pero, incluso, mucho después, en la presentación del cómic de Eloy Morera en el castillo de Mesones en diciembre de 2021, pude oir al entrar al castillo cómo un guía les decía a los visitantes que, aunque algunos decían que las piedras del castillo procedían de Mesones, él no estaba de acuerdo. Ya no pude enterarme de la posible explicación porque alguien me saludó y ya fuimos juntos hasta la sala trapezoidal. No puedo ni siquiera imaginar (por mucho esfuerzo que ponga) qué posible explicación les daría, si es que les dio alguna; supongo que sí, al decir que no estaba de acuerdo, algo tendría que decir.
Y todavía menos, cuando en el informe del coronel del siglo XIX, como vimos en el “Face”, ponía que todos los caminos de Mesones en ese tiempo eran de “herradura” (ya sabemos que las “carreteras” romanas desaparecieron con los bárbaros). A uno le cuesta imaginarse ver la recua continua de mulos desde Morata hasta Mesones transportando sillares, seguramente día y noche; miles y miles de sillares; tendrían que haber contratado a todas las bestias de la comarca y desatender por ello las labores del campo; cuando justo al lado de donde los tenían que poner tenían toda la roca que necesitaban para hacer estos sillares y, quizás, el único obstáculo era que se tenían que repartir las cuadrillas por todos los montes de alrededor para no estorbarse en esa labor, cogiendo siempre el mejor tajo que tuvieran, que haberlo lo había de sobras.
Toda esta dispersión de los lugares de extracción que hemos visto podría indicar, como hemos apuntado, que hubo muchos canteros trabajando a la vez, con lo que el resto de operarios para la construcción también sería numeroso, y que la construcción del castillo podría haberse hecho en no mucho tiempo, con lo que igual podríamos retrasar aún la fecha de inicio de las obras (y el “planteo”) hasta 1256, aunque igual no mucho más, para dar tiempo a los “acabados”.
Pues sí, la última foto lo dice todo.
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