LAS CABALLERIZAS DEL CASTILLO





 LAS CABALLERIZAS DEL CASTILLO

Este título, y este tema, le va bien, al menos, tres reportajes que saqué en el Facebook de Mesones (y a unos comentarios aparecidos en el artículo del “Otro Castillo”)el de 26-02-2021, 11-04-2021 y 24-07-2021. Pongo cada uno por separado (la mayoría de las cosas que ahí salieron; las que no tienen relación, las quito) y lo que sea “añadido” (por actualizar todo y que se entienda mejor) lo pondré en cursiva y rojo, como otras veces.


 

Las llamadas cuadras o caballerizas


REPORTAJE DE 26 DE FEBRERO DE 2021


Creemos que los privilegios que les da el rey Jaime a los habitantes de Mesones en 1263 tienen que ser por algo, y ese algo tiene que ser porque los propios habitantes de Mesones ayudaron, y seguramente de una manera importante, a la construcción del castillo esos años antes. Desde luego, eran también, quizás, al final, los más interesados en semejante construcción, ya que así podían protegerse mejor con este castillo e, incluso, resistir un largo asedio. Para ello eran necesarios los grandes almacenes o bodegas (que los mesoneros hemos llamado siempre los calabozos), para guardar todo el alimento para todo el pueblo y para todos los animales que se pudieran meter en el castillo. Ya que, si el pueblo era ocupado, se les llevarían todo que tuvieran de valor, alimentos y animales. De ahí que exista hasta un corral de ganado en el castillo, las cuadras” (así se conocía aquí a este subterráneo del castillo; los expertos le empezaron a llamar caballerizas -algo más fino-; la verdad, los dos vocablos, también aquí, tienen el mismo significado; las cuadras son para guardar las caballerías)


 



Al final sería el corral de ganado de los monjes templarios. Los caballos estarían en un lugar mucho mejor, con pesebres, ya que éstos valían mucho más que las personas. Los ganaderos mejor que nadie saben que las parideras o corrales de ovejas y cabras en Mesones suelen estar con el suelo inclinado en pendiente, como ocurre en el suelo de lo que hemos llamado las cuadras del castillo.

 


REPORTAJE DE 11 DE ABRIL DE 2021


Las llamadas CABALLERIZAS DEL CASTILLO (como he dicho, creo que esto es cosa de los investigadoresaquí se llamaban popularmente “las cuadras”) es un espacio dividido en dos salas contiguas (separadas por un muro abierto por un gran arco) pegadas a la muralla norte, entre la torre central y el aljibe de la torre alta. Se entra desde el patio de armas, bien desde las escaleras de madera que hicieron en la última obra del castillo o desde el primer cuarto de las llamadas cocinas donde hay un acceso a la derecha que baja por unas escaleras (actualmente cerrado), si bien al final hay tal cantidad de tierra acumulada que sólo se podría acceder a las caballerizas arrastrándose por el suelo. 


Puerta de acceso a las cuadras del castillo desde el patio de armas

Una vez dentro se observa su techo abovedado con piedra de rodeno. En la pared del muro norte, junto a la entrada de la estancia, se aprecia una zona alisada por donde anteriormente iba otro muro, al parecer sería anterior al que hay actualmente en la entrada de las caballerizas”, que lo corrieron unos metros hacia la torre central norte. En la misma pared hay otras dos zonas donde quitaron los muros corriéndolos, observándose los restos del muro que se engarzarían originalmente con la otra pared (ya vimos todo esto en “las cocinas”; si allí corrieron los muros, abajo también lo tenían que hacer para que no se les cayera todo. Ya nos lo había dicho Eloy).

En la primera estancia hay varías aberturas que dan hacia el lado del patio de armas por donde podrían echarle de comer a los animales y ventilar (sobre todo, sería para esto último). De esta primera estancia se pasa a otra sala más pequeña y oscura por una abertura sin puerta. La pared final del fondo confronta con el que hemos llamado siempre aljibe y observamos que en medio de esa pared a una altura de 2 metros aproximadamente hay un agujero de unos 2-3 centímetros que al mirar se observa la luz que finaliza en el aljibe comunicando ambas estancias (aproximadamente con un recorrido de un metro de distancia). Ahora vemos claro que por esa pequeña tubería de un metro de longitud podían pasar el agua del aljibe a las llamadas caballerizas, sin tener que llevarla a cubos(lógicamente, siempre que estuviera al menos a ese nivel).



Zona alisada por donde anteriormente iba el muro



Entrada a las “caballerizas” que tiene un metro de altura de escombros








Abertura que da hacia el lado del patio de armas por donde echarían de comer a los animales y para ventilar


Otra abertura

En estas dependencias, actualmente con muchos escombros, tendrían ganado, ovejas, cabras o gallinas, no veo caballos (muy valiosos), pues más parece una paridera de ganado con el suelo inclinado y muy poca luz en su interior. Siempre recuerdo de niño que la sala del fondo que es más oscura, estaba llena de murciélagos.



Sala del fondo de las caballerizas



La puerta de entrada a estas “cuadras” está a punto de colapsar y hundirse, y hay tantos sedimentos acumulados a su entrada que llegan casi hasta el arco de la puerta. Estas estancias necesitan un urgente acondicionamiento, ya que están en muy malas condiciones, con el fin de que se pueda hacer un espacio visitable (además, sería de lo más pintoresco, e ilustrativo, bien explicado).



Vemos esa piedra enorme suelta totalmente de un lado. Por debajo de esa piedra se accedía mediante escaleras a la zona de cocinas, si bien hay un metro de escombros y sólo se puede pasar a rastras.


Hasta esta visita jamás me había dado cuenta de los muros corridos en las paredes de las cuadras, ni en los diferentes tipos de piedra que hay en la pared del fondo que confronta con el aljibe (parece una ñapa de Manolo y Benitose ve que no es cosa de los templarios), ni en el agujero realizado en esa misma pared para trasladar el agua. Os recomiendo que la próxima vez que subáis al castillo observéis bien sus salas, muros, piedras y sillares, pues en ellas tenemos muchos de los secretos que guarda el castillo y que están ahí a la vista de todos.

 


REPORTAJE DE 24 DE JULIO DE 2021

 

LAS CABALLERIZAS DEL CASTILLO

 

 

Previamente a este artículo, en el reportaje del “Otro Castillo”, unos días antes, el 8 de Julio, en unas fotos de la zona que está entre los calabozos y la torre central norte, junto al muro norte (zona que limpiaron hace unos años hasta un determinado nivel) hice estos comentarios:

 

Hasta aquí llegaría, en esa planta baja, el nivel del castillo actual "templario" (al nivel de las "cuadras" o de la bodega de la torre centralTodo esto estaría llano, formando un espacio (no sabemos aún con seguridad si por aquí estarían las caballerizas; ese espacio no podría estar demasiado cerrado para ello; y además, protegido por saeteras y matacanes de la torre central norte -ya sabemos que los caballos eran lo más importante para los "caballeros templarios"-). 

 

Todo lo que se descubra de aquí para abajo en esa zona sería parte del "otro castillo", por lo que los materiales que desde aquí aparezcan serían ya, seguramente, de antes de la mitad del siglo XIII. Si seguimos excavando, llegaríamos hasta los cimientos del castillo todo sería relleno de esa época, la de la construcción del actual castillo. Y si todo el relleno de esa zona es de cuando se construyó el castillo, se podrá saber también cuándo se construyó, por lógica. O, mejor dicho, cuándo no se construyó.

 

Creo que en esa zona inferior estarían las caballerizas, pegadas a los calabozos (así les podrían dar agua más fácil, por el aljibe al lado); tenía que haber una cierta distancia entre estos y la torre central, ya que había una saetera que a algún sitio tenía que apuntar, al igual que el matacán que hay encima. No es una mala idea apuntar a las caballerizas, para que nadie entrara ahí a llevarse los caballos, y con el matacán arriba.

Vemos en la fotografía que hay una pequeña regadera o canal, que sería el encargado de recoger las aguas que vinieran del canalillo de la primera planta de la torre norte, así como los orines de los caballos y animales que hubiera en las caballerizas. En el exterior del muro norte junto a la torre central hay un desagüe por donde saldrían los fluidos.







Cuando obraron hace unos años, en ese muro salían cuartos, eso me dijo Carlos que estuvo en esas obras




En este resto de muro habría una puerta por la que se accedería a las caballerizas, al aljibe y a los almacenes


El muro de la última reforma está totalmente caído, igual era buen momento para alguna actuación en esa zona y sacar a la luz las estancias que esconde






Esas celdas que dice Carlos serían como pequeñas bodegas (quizás las más próximas a la torre) y las otras pequeños espacios junto a las caballerizas para guardar algo de pienso o heno para la atención diaria de las caballerías y para guardar, quizás, herramientas y la "equipación" de cada caballo, sus aparejos. Estas celdas tendrían una medida aproximada de 2,5 metros por 2,3 metros. Se ve la entrada a una celda que tapó Carlos con esas piedras más pequeñas, según dijo.


Regadera para desaguar aguas sobrantes y orines de animales, que saldrían por el desagüe exterior del muro norte


Interior de la regadera para desaguar aguas sobrantes y orines de animales






Desagüe exterior del muro norte. Vemos que sigue en funcionamiento después de casi ocho siglos.


 

Pues bien, en este artículo de 24 de Julio, algunos días después, dije ya lo siguiente:

 

En el artículo del 26 de febrero de este año ya hablé del “corral de ganado de los monjes templarios” (alguno se quedó sorprendido; reconozco que había motivos), conocido siempre en Mesones como “las cuadras” (también, en los libros, como las caballerizas), diciendo que los caballos, seguro, estarían en otro lugar mucho mejor, con sus pesebres, ya que “valían mucho más que las personas”, en ese tiempo. 

 

Algunos ganaderos de Mesones con los que hablé lo tuvieron muy claro desde el principio; por dentro, lo “visualizaron”: era claramente un corral de ganado, de los que se hacían antes por el “monte” de Mesones.


 


En la televisión de Aragón vi un reportaje -verídico- de un pueblo del Pirineo en el que se decía -hacía ya muchos años- que en una casa se murió primero el abuelo, después el marido, y después un hijo; y que al final la mujer dijo: “menos mal que no se nos han muerto los animales, que si no nos arruinamos”.

 

En otros artículos, cuando salió el tema, también lo dije. Todo esto quedó ya muy claro cuando, gracias al libro de Eloy, comprendimos que las actuales “cuadras” estaban en el castillo templario bastante más a la izquierda (mirando desde dentro del castillo) de donde están ahora, dado que el arzobispo corrió todos los muros de esa parte del castillo hacia la torre central norte para poder hacer su aljibe. La distancia entonces, con los templarios, sería la misma desde el muro del corral hasta la torre que en la otra parte, hasta los calabozos; los templarios, ya sabemos, hacían todo “simétrico” y “perfecto”.Conociendo cómo son esas cuadras por dentro, vimos, pues, que en el castillo templario (dado que la única zona algo más llana está en la actual entrada) todo el suelo de las mismas sería pura lastra (ahí no podrían estar los caballos), no habría nada horizontal en el suelo (como ya dije otras veces, en algún artículo, ideal para las cabras, que además “daban leche”). También podría haber aquí ovejas, que estarían siempre en la zona más baja de la estancia (ya lo dije también), y más llana, sobre todo, por la acumulación del “fiemo”, y en el propio “sereno” de ese corral (así se denomina en Mesones, al menos, a la parte no cubierta del “corral”; a lo cubierto se le llama “cubierto”). No es que fuera, pues, al ser todo el suelo lastra, un corral sin terminar (el castillo templario se terminó por completo; no así algunas reformas de D. Lope); lo dejaron así a propósito, porque era para ganado, no para caballos.


 







Pero, aún no habíamos empezado a estudiar a fondo el castillo. Aunque de lo que estábamos ya completamente seguros era de que las caballerizas no podían estar donde siempre se había dicho. Poco a poco fuimos viendo cosas y haciendo fotos. Al final nos dimos cuenta de pequeños detalles que iban encajando todos en una misma idea: las caballerizas, como no podía ser de otra manera (por simple lógica), las teníamos al lado (aunque sin pruebas, no podías nunca decir nada). Pero, ahora ya teníamos tantas evidencias que, realmente, no podía ser de otra manera (es como “blanco y en botella”):

Las saeteras y matacanes interiores de la torre central norte, para una defensa interior del propio castillo, pero, sobre todo, para defender lo más preciado: los animales y, sobre todo, los caballos, de los “caballeros templarios”.

El aljibe templario, al lado, para dar de beber agua a los caballos. Y, seguramente, tendrían el pajar al lado, encima del aljibe (ya vimos que habría dos plantas en esos subterráneos).

El pequeño “reguero” que atraviesa un muro del anterior castillo, para evacuar los “líquidos” de las cuadras de los caballos, hacia el “corral de los caballos” (entre la torre central y el muro norte). Después vimos que de las mismas estancias de las caballerizas (no del corral) sale directamente ese reguero al exterior, por el muro norte. Así, si limpiaban éstas echando cubos de agua, ésta saldría ya directamente al exterior del castillo; ni siquiera al corral de las caballerizas.



Saetera interior y matacanes de la torre central norte defendiendo las caballerizas. Justo debajo de la saetera, a su derecha vemos también el desagüe de la planta primera.





Saetera de la torre central norte hacia las caballerizas


Saetera interior de la torre central norte hacia las caballerizas


Saetera interior de la torre central norte que defendía el  corral de ganado




Parte exterior de la saetera hacia el corral de ganado

Y hasta pudieron hacer las caballerizas con arcos, seguro (ya sabemos que les gustaban mucho estos a los templarios). Estaba, pues, el corral de ganado (de ovejas y cabras) y el “sereno” (junto a la puerta del corral)en la parte izquierda de la torre central norte, mirando; y las caballerizas y el corral de las cuadras de los caballos(donde apunta la saetera y está encima el matacán; como en el otro lado), en la derecha (este corral, para sacar el “fiemo” y evacuar los “líquidos” -como en cualquier corral de las casas de Mesones, antes-). De ahí también ese canalillo que venía de la primera planta de la torre central (que veremos en las fotos), directo a un corral, igual que en las casas.





Y, por si llovía mucho y el corral se inundaba, hicieron un agujero, un desagüe, en ese muro norte, para drenar la zona, que, lógicamente, era todo relleno para igualar las plantas del castillo. Por ello, podemos saber, pues, también dónde iban los cimientos del castillo; tan altos que no se podrían minar tan fácil sus muros (otra cosa que sabemos; seguramente será así en casi todo el castillo). Cuando los corrales estuvieran llenos, de “fiemo”, llamarían a los campesinos, que muy gustosos y, también, pagando algo éstos (el estiércol era el oro para la tierra), lo dejarían todo más que limpio. En el corral de las caballerizas, incluso, los caballos podrían tomar hasta el sol, si los dejaban sueltos, para el invierno, ya que era “solano”. Para el verano, ahí abajo, estarían frescos. No estaba, pues, mal pensado el sitio, creo.


 















Y en un comentario a una foto de ese artículo dije también:
 

Tras mi última visita al castillo con Alberto, pensamos que el arzobispo cuando hizo el nuevo aljibe junto a la almena alta, hizo otro para las caballerizas entrando a la izquierda por la actual entrada del castillo, en esa especie de silo, pegado a la torre central surque estaría cubierto y que recogería las aguas de toda esa zona de arriba. Mediante una tubería soterrada llegaría el agua directa a las caballerizas (con un grifo; o un tapón bien puesto ).En el fondo de ese "silo" estará el agujero. El anterior aljibe templario lo convirtió D. Lope en los calabozos. Es nuestra hipótesis para esa estancia del castillo que jamás se ha sabido qué función tenía. Anteriormente ese espacio estaba hueco con unas pocas piedras y tierra en el fondo;en las últimas rehabilitaciones lo rellenaron de enrona (palabra aragonesa; por eso se puede escribir así) y por arriba le echaron grava blanca, para que no se viera. Aquí echaron todas las “limpiezas” de las caballerizasComprobar el agujero ahora será ya misión imposible; antes se hubiera hecho con muy poco esfuerzo.


 

Aljibe para las caballerizas









 

Comentarios

  1. Por lo que he visto en estos últimos reportajes debe ser una costumbre de los restauradores de este castillo rellenar todos los aljibes con escombros. Lo han hecho con los tres que había en el castillo. Lo del último ya parece más extraño, se supone que ahora serían otros tiempos, pero parece que no.

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