EL ALJIBE DE D. LOPE O LA SALA SECRETA DE LOS TEMPLARIOS
Después de haber visto el aljibe templario, creo que debíamos continuar con el de D. Lope, al que ya hicimos referencia en el anterior artículo.
EL ALJIBE DE D. LOPE O LA SALA SECRETA DE LOS TEMPLARIOS
Este artículo apareció publicado en el “Face” de Mesones el 20 de abril de 2021 con este título:
INCREIBLE VISITA AL DESNOCIDO ALJIBE PEGADO A LA TORRE ALTA. TIENE UNA CÚPULA ROJIZA Y ESTÁ HECHO CON MATERIALES DE PRIMERA CALIDAD… Entre otras cosas, dije lo siguiente (lo que está en cursiva y “colorao” es añadido; para comprender mejor todo, ahora que sabemos ya muchas más cosas):
Cuando éramos niños, recuerdo que el aljibe estaba lleno de tierra y piedras (aquí echaron las “limpiezas” del castillo a finales de los años cincuenta del siglo XX; en el informe del coronel del siglo XIX aún estaba limpio; ya que dijo que podría usarse todavía), pareciendo que no era una estancia con mucha altura, habiendo una piedra grande puesta en posición vertical en la que te apoyabas y bajabas al mismo desde la planta del patio sin necesidad de ningún tipo de escalera, debido a la acumulación de tierra y escombros que había en su interior. Hace unos años limpiaron el aljibe, viéndose la profundidad real, de unos 4 a 5 metros (¡lo que debieron sacar de ahí!; y ya no digamos lo que deberán sacar de los calabozos; allí echaron mucho más, como ya he dicho otras veces).
Actualmente, tiene una rejilla para impedir que nadie caiga por el agujero a su interior; hasta hace no mucho no había “nada”. Para bajar se necesita una buena escalera (la que nos prestó el Ayuntamiento es ideal) de unos 4 o 5 metros. Una vez dentro nos quedamos sorprendidos de la calidad de la construcción del suelo y de sus paredes. El suelo era de piedra de gran calidad, aparentemente de gran grosor, faltando una piedra en el centro de la sala, la cual estaba suelta en el suelo, de un peso y medidas (aproximadamente, 1 metro por 0,45 metros) considerable, sólo manejable con algún tipo de poleas. Esta piedra suelta de gran tamaño coincide en medidas con el agujero del centro de la sala, donde al parecer se introduciría de punta, quedando aproximadamente medio metro por encima del suelo; podría emplearse para apoyarse al bajar a su interior y no mojarse si no había mucha agua en el aljibe o para apoyar algún otro elemento (ahora sabemos que era un “matacán” que habían tirado de la torre alta y que cayó al aljibe y que en la limpieza de éste lo dejaron ahí; el agujero del centro sería para decantar el agua, que todas las impurezas se quedaran ahí).
Las paredes de piedra sillar estaban lavadas con una especie de yeso (que actualmente ha desaparecido en su mayoría) y una cúpula con pigmentos rojizos muy llamativos (en las paredes también se veían algo, pero ya más difuminados; lógicamente al haber contenido agua y escombros; pensamos que lo del color igual se debía a que este techo estaba hecho de piedra de rodeno -como todos los de los subterráneos del castillo-; pero no, hubiera pasado lo mismo en los calabozos y no es así, allí no sale este color, ni ningún rojo. Paz vio un artículo de un castillo en La Rioja en el que el aljibe estaba también pintado así, aunque el de Mesones, es mucho más intenso el color y llamativo. Al final, se trata de una pintura que se daba en las paredes de los aljibes para impermeabilizar los muros y que se conservara mejor el agua y no se corrompiera; sería, pues, bactericida, y estaba hecha con mineral de hierro -igual hasta de las minas de Mesones-, con arcilla roja y con resina de lentisco; sin duda, todo del arzobispo, a la “última moda”).
Y llama la atención que una de las paredes del aljibe la constituye la propia pared de la torre alta, en curva (las cuadras o “caballerizas” podían llegar, pues, hasta los muros de la almena alta; así pues, simplemente con hacer un muro en esas cuadras el arzobispo ya tenía hecho su aljibe; pero, algo parece que no cuadra; D. Lope para hacer el aljibe corrió todos los muros de esa zona norte del castillo, como hemos visto otras veces, hasta casi la torre central, por lo que esto podría ser debido a que el muro hoy desaparecido del que quedan solo las piedras salientes en la zona del aljibe, bajara también hasta los cimientos del castillo, quedando muy poco espacio para contener agua; con lo que podría haber habido una estancia entre éste y la torre alta, quizás, secreta, y que se entrara por alguna trampilla oculta de la almena alta, el lugar de las “ceremonias” templarias; igual era la que buscaba Eloy, pero que encontró antes D. Lope).
El agujero del centro de la estancia del aljibe, de unos 45 centímetros de profundidad, estaba lleno de agua y barro. Habría que dejarlo bien limpio y comprobar si a los 10 o 15 días se había vuelto a llenar de agua. ¿Por qué motivo? Pues antiguamente cuando hacían un castillo en una montaña, colina o cerro, intentaban que en dicha zona hubiera un manantial, quedando el mismo oculto dentro del interior del recinto del castillo. Así en caso de que fuesen sitiados por el enemigo, no tuvieran ninguna necesidad de salir del castillo para conseguir agua, pues ya la tendrían dentro del castillo en el manantial, haciendo fracasar el intento de conquista del castillo por el enemigo (también, como sabemos, hacían un túnel hasta un punto de agua -fuente, acequia o río-).
Bien es sabido, que por la zona de Andacón hay ríos subterráneos con mucho caudal, igual que en Mesones en su zona alta del pueblo (Barrio Alto, barrio Bajo…) ha habido siempre mucha agua rezumando por las rocas en las que se hicieron las casas, incluso había una zona donde manaba un surco de agua y que dichas aguas pudieran proceder del Moncayo, saliendo por las zonas mencionadas y, por qué no, de un posible manantial que hubiera en la montaña rocosa donde se asienta el castillo, concretamente en su aljibe.
Hace pocos días me enteré que en los montes de la Solana, encima de la Cosumera, estaba en una zona muy elevada la fuente conocida como de “La Solana”, algo que me sorprendió pues nunca lo había oído. La curiosidad hizo que me acercara a comprobarlo, viendo que en pleno monte, debajo de una roca, había humedad y todo a su alrededor estaba verde, habiendo juncos donde normalmente sólo debería haber aliagas, tomillo o romero.
Como vemos, esto de los cauces de agua subterráneos en los montes, y con fuentes que manan agua casi en la cima de alguno de ellos, son cosas que siempre se han dicho y que nos intrigan a todos; en realidad, no parece existir ningún tipo de manantial en el castillo, al menos, que se muestre, y tampoco a la altura del aljibe de D. Lope (aunque ya vimos que en el castillo había una “fuente”). El agua que pueda acumularse en el suelo del mismo no aparece por ningún sitio, como puede ser normal; lo lógico es que se filtre por la montaña al ser una zona cárstica y que el agua de todos estos montes descienda hasta determinados puntos del pueblo donde aflore, como ocurría con la fuente de las eras, donde hicieron en la República hasta un abrevadero.
Como resumen a este artículo del aljibe de D. Lope, ya hemos ido viendo que cuando éste reconvirtió el monasterio-castillo de los templarios (después de rehabilitarlo tras la destroza de la guerra de los Pedros) en un castillo-palacio, consideró excesivo el aljibe anterior y quiso hacer uno más pequeño y “utilitario”,solo para su palacio, en esta mitad oeste del castillo; el resto lo dejó para la ermita y para castillo, haciendo para éste también otro aljibe, hasta ahora desconocido , junto a la torre central-sur, sobre todo para las caballerizas (y, quizás, para su fuente en medio del claustro “occidental”; su jardín dentro de casa). El agua recogida en la parte alta de las zonas del castillo iría a parar la mitad a cada aljibe. En el templario iría toda al único y enorme aljibe. Y para poder hacer el aljibe de su palacio junto a la almena alta, tuvo que correr todos los muros de esa parte norte del castillo, ya que si no, no tenía sitio, utilizando quizás una parte del “corral” subterráneo de los templarios (aquí podrían haberse metido, en caso de asedio, unos cuantos rebaños del pueblo, en ese tiempo) o, lo que es muy probable como hemos visto, LA SALA SECRETA DEL CASTILLO TEMPLARIO (mejor aquí que en una torre, más expuesta al exterior; los templarios no eran tontos).
La posible sala oculta de los templarios podría extenderse por parte del actual salón palaciego de D. Lope. Ya sabemos que éste corrió el muro de esa parte hacia el actual aljibe para hacer el salón más grande.
Fotografía aérea del aljibe de D. Lope, de la torre noroeste y del salón palaciego del arzobispo. La “encrucijada” de todo esto. |
Fotografías de Lucio BARCELONA CIMORRA
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ResponderEliminarLo que iba a decir, ya que me leí el libro de Eloy, es que lo que buscaba éste en esa torre puede ser ese espacio subterráneo al que te refieres en este reportaje.
ResponderEliminarLo del mito de los subterráneos de las construcciones templarias parece que se demuestra en este castillo. Solo os falta descubrir el túnel para salir del castillo. Pero para esto habrá que picar.
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