PUEBLO DE MESONES A PARTIR DEL SIGLO XV
Este reportaje, publicado en el Facebook de Mesones el 5 de Julio de 2021, por su contenido, como podemos ver, en realidad es una continuación de algunos aspectos del reportaje anterior de “Los constructores del Castillo”, pero centrado todo ya solo en el núcleo urbano y poblacional de Mesones, sin hacer ninguna referencia ahora a su castillo; aunque, sin que esto sirva de precedente. Por este motivo, lo pongo seguido al anterior, como si fuera una continuación del otro.
http://www.castillodemesonesdeisuela.com/2022/04/los-construstores-del-castillo.html
Al tener el artículo un texto muy corto, y para no perder el hilo de la argumentación, sigo el modelo de publicaciones que hacía en el Facebook, poniendo primero el texto y después comento algunas imágenes de interés. Además, me ha cedido Alberto la lista recogida en su libro de la historia de Mesones (un fogaje -recuento de fuegos- de Mesones) de los primeros pobladores de esta localidad de los que se conocen sus nombres y apellidos, descendientes de los “verdaderos constructores del castillo”, a los que aludimos en el reportaje anterior; y, precisamente, de este siglo XV al que se refiere el título de este artículo. Es, pues, la primera lista o censo de población conocido de Mesones.
Aquí en Mesones, en ese momento, "echaron el resto". Vivir fuera de las murallas en ese tiempo era muy peligroso; había muchas "correrías" en busca de botín; bueno, asaltadores y bandidos. Ahora, en Mesones, quizás, pudo hacerse por la financiación de los judíos que vinieron aquí, como ya dije. Pero esto ocurría muy pocas veces.
El espacio urbano estaba muy valorado al ser muy reducido -aprovechaban el espacio al máximo- y las casas debían ser muy pequeñas, economizando todos los espacios posibles, al máximo. Por eso las plantas de las casas eran muy bajas para poder hacer, al menos, tres alturas, o más. Por ello las puertas, a pesar de que por aquí serían muy altos, eran muy bajas y tendrían que agacharse lo suyo para pasar de una habitación a otra, en la que dormirían, "pretos", varios hermanos. Bueno, todo esto sale en los libros, no es que lo diga yo.
Además, al ser las calles muy estrechas, eran muy frescas para el verano, porque casi no entraba el sol; y para el invierno, al ser las plantas y las habitaciones muy pequeñas, se calentaban con menos leña, que también era cara. En realidad, todo estaba bien pensado.
Aquí, poco después de hacerse la plaza, el pueblo, sin embargo, se extendería pronto, también por necesidad, por el aumento de población, por el Cubullón y las Placetas (lo de las Placetas debe ser algo moderno; antes era también el Cubullón, o Cugullón, quizás, el nombre originario); serían barrios más marginales, con menos protección, pero estaban también cerrados; de ahí "la Portilla", una puerta que cerraba el lugar; antes sólo para los corrales -para los asaltadores; y las zorras- y ahora para el nuevo barrio.
También se fue extendiendo ya la población pronto por una parte del actual Barrio Alto, al menos, hasta la casa de los Boticarios. Lo del Barrio Bajo, quizá, fuera un poco más tardío.
“Croquis del pueblo de Mesones” del informe del coronel Ubiña de 1939.
En un comentario de este croquis, del artículo del blog “castillodemesonesdeisuela.com”,“INFORME SOBRE LA SITUACIÓN, UTILIDAD Y DEFENSA DEL CASTILLO DE MESONES. 2ª PARTE”, ya dije que me llamaba la atención el hecho de que apareciera en ese momento en dicho plano el cementerio actual de Mesones y que pudiera ser, por ello, de los primeros de la zona en que se sacara al extrarradio un cementerio. Y añadí lo siguiente:
Diego Perales Pacheco, en su estudio “El colera y los cementerios en el siglo XIX” dice:
“Una de las medidas administrativas más importantes del siglo XIX, que quedará para la posteridad como uno de los logros en el perfeccionamiento de las medidas higiénicas y en la lucha contra las enfermedades, es el traslado de los cementerios desde el centro de las poblaciones a sus afueras. El que ahora estudiamos se corresponde con las epidemias coléricas o con el temor a padecerla, esto hace que se acelere por parte de la Corona cualquier medida que considere oportuna para la salud pública. El hecho de que los cementerios pasen de estar intramuros a extramuros de las ciudades, significa no sólo una variación en la ubicación de un edificio, sino que debió suponer la incorporación de ideas nuevas que debieron batirse contra intereses circunstanciales por un lado y, por otra parte, vencer la inercia para lograr lo que consideraban mejor para mantener la salud de la población, realizándose las inhumaciones fuera de las ciudades”.
Pues bien, he descubierto la fecha en la que se enterró al primer mesonero en el nuevo cementerio de Mesones (el actual) y la causa por la que pudo construirse tan pronto, en relación con otras poblaciones de la zona (como ya sabemos, la inscripción más antigua actual que existe en el cementerio es la de una placa -una baldosa- con el nombre de Manuel Cimorra -Molinero- del año 1844; está junto al panteón de los “Matojas”, en la entrada al cementerio).
En la anotación de la inscripción en los libros parroquiales de la defunción de Francisco Rubio Ibarzo (hijo de Miguel y de Francisca; esposo de Lucía Chueca García; viudo de Melchora Alcaide Gil), fallecido el 20 de mayo de 1836, a los 55 años, el párroco de Mesones Antonio Navarro, anotó al lado del nombre lo siguiente: “Este fue el primero que se enterró en el cementerio nuebo”.
En el año 1834, concretamente en el período de un mes, que va del 24/08/1834 al 29/09/1834 aparecen nada más y nada menos que 31 fallecidos por el “colera asiático”. De esos treinta y uno, veintisiete eran adultos, lo que demuestra la mortandad de tal epidemia, pues normalmente los recién nacidos eran los que más alta tasa de mortandad tenían en aquella época. Habría que tener en cuenta que probablemente meses antes ya habría habido muertes de cólera, si bien no se detectaron hasta más adelante.
Esto pudo provocar que el anterior cementerio (detrás de la iglesia) se llenara ya por completo y se acelerara por ello en Mesones la construcción del nuevo ya, como ordenarían las autoridades, en las afueras del pueblo (como sabemos, aquí, al final ya del núcleo urbano, donde termina de soplar el cierzo; el viento más común de Mesones -los celtíberos de Mesones también hicieron lo mismo; hace ya más de 2.000 años; en los dos poblados que tuvieron en la Torre-).
En el año 1855, hubo 91 fallecidos, una barbaridad, y también en verano como la epidemia de 1834, del 22 de julio al 20 de agosto de ese año hubo 57 fallecidos por una nueva epidemia de colera, en esta ocasión se le llamó “colera morbo”, al igual que la vez anterior de 1834 la mayoría fueron personas adultas.
Y es que en los años 1834 y 1855, en Mesones y poblaciones de alrededor, el colera atacó fuerte, diezmando los habitantes de estos pueblos. Estas epidemias fueron registradas en Aranda de Moncayo en 1878 por el cura párroco D. Ramón Lastiesas, donde hizo una reseña histórica de la villa de Aranda que comprendía todas sus particularidades, tanto antiguas como modernas.
Por otra parte, existe un dato curioso en el año 1857, cuando se inscriben en Mesones, seguidas, dos defunciones, la de un soldado y un alférez; el texto de estas inscripciones es el siguiente:
-“En la iglesia parroquial de Mesones a ventiocho de abril de 1857, yo J. Joaquín Joven, párroco interino, por ausencia de su propio cura, D. Fco. Gascón; mandé dar sepultura en el cementerio del hortal extramuros de esta villa al cadáver de José Pedreira, soldado del regimiento de Málaga, 2ª Compañía de Cazadores, de veinte a tres años de edad (de 20 a 23), soltero, natural de San Manuel de Felaners, provincia de La Coruña; hijo legítimo de Cristóbal y de María Sedane. Murió el día anterior, obedeciendo las órdenes de sus jefes; no recibió los sacramentos…”
- “D. Fco. Gascón; mandé dar sepultura cristiana en el cementerio del hortal de esta villa al cadáver de D. Luis Huet, alférez del Puerto de Málaga, 2ª Compañía de Cazadores de 20 a 22 años de edad, según declaración de sus jefes, natural y provincia de Málaga, hijo de D. Luis Huet y de Dª Antonia Bustamante; recibió los santos sacramentos de penitencia y viático, no el de extremaunción por su prematura muerte; no hizo disposición testamentaria, murió el día anterior…”
No sabemos qué es lo que pudo ocurrir en este momento. La segunda guerra Carlista tuvo lugar entre 1846 y 1849; y la tercera, entre 1872 y 1876; lo que no cuadra con dicho año. Pero, todo parece indicar que algún tipo de enfrentamiento pudo producirse aquí en este momento. Y no sabemos aún si en el castillo pudo existir alguna guarnición permanente durante ese turbulento siglo XIX en España; desde luego, cuartel militar mejor defendido no podía existir.
Vemos también que al cementerio nuevo se le denomina en esas dos inscripciones el “cementerio del hortal”. Sin embargo, en el resto de inscripciones, tanto anteriores como posteriores, es llamado el cementerio del hosal.
FOGAGE DE MESONES
(25 de noviembre de 1495)
Alamín: Audalla Toledano.
Alfaquí: Mahoma Luçeli.
Jurado: Mahoma Alan – Mahoma de Celi.
Testigos: Joan Doria, de Cariñena y Dorramen d’Amiri, moro, de Mesones.
Martín Dariçini Brahim el Tergano Brahim Raem Dorramen d’Amiri Mahoma Arricli
Mahoma de Muça Audalla Alaff Mahoma Albreal Audalla d’Amiri Yuce el Moro
Mahoma Celi Mecot el Royo Mahoma Alaf Mahoma el Ferrero Ali Barthon
Dorramen el Roset Brahin de Calay Hamet de Farax Mahoma de Ceni Yuce de Ricli
Brahim el Pintado Yuce Alborach Yuce Gavillan Brahim del Amin Ali el Tergano
Yuce Gualit Yuce de Celi Mahoma Gualit Marien de Ceni Mahoma Calema
Brahim Altergano Brahim de Herri Mahoma el Ami Brahim de Ricli Brahim del Ami
Mahoma de Ceni Audalla d’Amiri Yuce de Ceni Brahim Caucala Dorramen del Ami
Dorramen Bealaf Brahim d’Amiri Brahim de Ceni Brahim de la Roya Mahoma el Royo
Yuce Bealaf Yuce d’Amiri Yuceel Royo Brahim de Cepta Brahim de Calema
Brahim el Moro Yuce d’Amiri Brahim de Cat Mahoma el Ezquierdo Mahoma el Chuglar
Mahoma el Moro Dorramen d’Amiri Brahim el Calvo Brahim Altergano Mahoma el Marruequo
Mecor de Laxarich Farax el Peon Audalla de Muca Mahoma Jarnen Gualit Altergano
Audalla el Royo Brahim Bealaf Mahoma Celi Brahim del Exarich Audalla Altergano
Ya sabemos que a los judíos los habían expulsado de España en 1492.
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