LOS CONSTRUCTORES DEL CASTILLO
Este artículo salió publicado el 30 de junio de 2021 en el Facebook de Mesones. Lo reproduzco tal como salió. Lo único que he hecho ahora es añadir un “anexo” que relacione a estos “constructores del castillo de Mesones” con un momento histórico.
LOS CONSTRUCTORES DEL CASTILLO
Que no nos quepa ninguna duda, los verdaderos constructores del castillo de Mesones fueron “los propios habitantes de Mesones”. Por eso el rey Jaime, una vez terminado, les recompensó por ello. Fueron, sin duda, los que levantaron el castillo, los que subieron las piedras arriba y los que las colocaron en su sitio.
La Introducción del libro de Eloy de Cutanda sobre la Edad Media nos lo deja muy claro; la población de Mesones era la más interesada en este castillo; y los templarios se lo pusieron “a huevo”.
Sí que la mayoría de los especialistas en las labores de construcción, canteros, maestros de obras, y trabajadores de diversos gremios, vendrían de fuera, pero el trabajo más duro, la mano de obra “pesada”, la más necesaria, sería la de los propios habitantes de Mesones y también, ya que esto no sería suficiente, la de los habitantes de otros pueblos de la comarca. Los de Nigüella vendrían desde allí todos los días.
Además, el trabajo estaría bien pagado; los templarios eran entonces, como ya sabemos, los banqueros del reino; y ya hemos visto que no escatimaban en gastos, lo querían todo perfecto.
Durante unos años Mesones tuvo que palpitar de vida y de actividad. Sin duda, se crearían barrios enteros extramuros, provisionales, para acoger a toda la gente venida de fuera, a construir el castillo. Se establecerían junto a la acequia, en la Herrería o en San Vicente.
Siglos más tarde aún se conocía a algún lugar de estos como “el Cabañado” y “el Cabañado el viejo” (hubo un tiempo, mucho después, en que llegaron a Mesones también moriscos de Castilla; también se establecieron aquí; Mesones llegó a tener 260 fuegos, quizás, más de 1.200 habitantes; la mayoría de estos nuevos pobladores eran tejedores -se tenían que buscar la vida; después, muchos pasaron a Brea-).
Quizás, al haber sido siempre zona pública, se construyó después la ermita de San Vicente en un lugar de estos.
Pero, ¿quiénes eran estos habitantes de Mesones, los que levantaron el castillo? El relato (fantástico, espectacular; debería hacer alguna “serie” sobre Mesones) del hijo de Mari Gil sobre el hombre más alto del pueblo, me recordó lo que Alberto me dijo que le había contado su padre, que se lo contó “el Paco la Paz”:
Éste, y otros, en unas obras de un corral de los Pichones, en la subida de la Solana, se encontraron una calavera tan grande que se la podían poner de casco, y aún les sobraba. Cuánto hubiera podido medir ese hombre, nos preguntamos. Todos los restos de huesos que por allí salían eran casi siempre de buenas proporciones. Pero también los que salían por otros sitios del pueblo.
A la Solana trasladaron el cementerio de Mesones cuando hicieron la plaza, al estilo castellano -o cristiano-, con lonjas; seguramente, a principios del siglo XV, cuando se hizo también el barrio judío, el Barrio Verde, y se cambió ya de sitio la puerta del lugar. Quizás, todo con la financiación de los judíos que llegaron a Mesones, y también a otros pueblos de esta comarca por esas fechas, desde lugares de realengo donde se les perseguía (en las tierras de los nobles eran siempre bien recibidos, porque traían dinero).
Primera puerta del lugar de Mesones
El Crucero
El anterior cementerio, antes de la construcción de la plaza, estaba situado en parte de ésta y en toda esa ladera hacia el castillo; era la costumbre desde los romanos, junto a la entrada de los pueblos; cuando uno salía por las puertas del lugar, siempre se encontraba el cementerio.
Existen textos medievales de los mudéjares de la comarca de Calatayud, que los describen como gentes muy altas y fuertes (esto, en comparación, lógicamente, con los cristianos -venidos del norte- y de los judíos) y especialistas y habilidosos en todos los oficios y, sobre todo, en el cultivo de las huertas. En Ricla se descubrieron, hace ya bastante tiempo, unas tumbas de época romana con huesos también de “grandes proporciones”, ponía el informe.
Sin duda, todas estas gentes descendían de los antiguos celtíberos; eran los mismos y, por ello, los canteros que extrajeron y tallaron los sillares del castillo respetaron los lugares sagrados de los montes de Mesones, que venían guardando sus habitantes desde los tiempos más remotos.
Serían, pues, estos antiguos pobladores de Mesones, “altos, fuertes y habilidosos en los oficios” -aquí se hicieron, como sabemos, las mejores espadas del mundo-, como dicen los libros, quienes, junto con otros habitantes de la comarca, levantarían con sus manos el majestuoso castillo de los templarios; ahora, como ya sabemos, bastante cambiado.
ANEXO A “LOS CONSTRUCTORES DEL CASTILLO”
No sabemos aún en qué año se empezó a construir el actual castillo de Mesones, aunque adelantaremos también ahora una predicción; lo que sí pensamos que puede suponerse, o se puede intuir, el mes en el que pudo empezar a construirse.
Esto dice internet:
Un templo románico tiene, generalmente, un ábside orientado hacia el este de forma que el eje longitudinal que recorre la nave central está en la dirección este-oeste. La entrada principal del templo se sitúa, normalmente, en el punto opuesto, el oeste, que recibirá los últimos rayos de sol del día.
Como dice García Omedes, “esto se busca como parte de la simbología del templo. En oriente está el lugar donde Cristo nació. Y también el punto por donde el sol se alza cada día en el horizonte tras su paso por el inframundo sumiéndonos en las sombras. Sincretismo entre las antiguas y nuevas deidades. El sol, fuente de vida para la humanidad que con su ciclo diario constituye un recordatorio permanente de los ciclos biológicos en relación con la muerte y la resurrección”.
Concebido el castillo de Mesones, como podemos observar, todo como una unidad estructural, rectangular, y como un edificio religioso, como un monasterio, como hemos visto y, además, no solo por ello como un templo de Dios sino, como ya vimos, como la Jerusalén Celestial representada aquí en España (como hicieron los templarios en Caravaca con la Vera Cruz), la orientación de “todo” el castillo debía ser también por obligación de este a oeste. Ello implicaba, lógicamente también, que la propia capilla templaria se situara en el centro del muro este, como siempre hemos dicho que estaría. Además, la estancia subterránea que ahí existía (mucho menos profunda que los calabozos -por la ventana ahora enterrada-) parece confirmarlo, es decir, la cripta templaria.
Pero, es un hecho que el lugar por el que el sol aparece por el horizonte es variable a lo largo del año. Solo en los equinoccios (20-21 de marzo y 22-23 de septiembre) sale exactamente por el este y se pone por el oeste. En los respectivos solsticios se aleja del punto cardinal; hacia el norte, en el vernal, y hacia el sur en el otoñal. Hay una variación extrema de 23º 27´a norte y a sur en los respectivos solsticios.
Parece ser que las orientaciones de las construcciones religiosas románicas se hacían no por el sistema del eje este oeste (clavando un palo en el suelo y otro en dirección a la estrella polar sale la orientación norte-sur; la perpendicular es la este-oeste) sino por el punto en que el sol aparecía en el horizonte cuando se “planteaba” la obra (y como la obra la podían “plantear” cuando quisieran, así tenían también un cierto “margen”).
Como dice García Omedes, “la ceremonia de plantear el templo -desconocida- realmente debió de tener una trascendencia notable a la que posiblemente no fuera ajeno el obispo que debía consagrarlo” (en un “templo” como éste, seguro que estuvo el obispo; siendo los templarios monjes y “la mano derecha del rey”). Es decir, “plantar” un “vástago” (un palo) “gracias al cual se puede trazar el eje del templo”. Lo que daría inicio ya al comienzo de las obras.
Dada la orientación que tiene nuestro castillo, esta ceremonia pudo hacerse aquí sobre el mes de diciembre, dada la inclinación del castillo con respecto a la línea este-oeste. Es decir, tuvieron que esperar a este momento para que la orientación con respecto a la salida del sol en ese día fuera la deseada en relación a los planos del castillo, hechos para que el castillo se adaptara al cabezo (como se dice aquí), al terreno en el que debía levantarse (quizás, previamente, habrían desmontado el anterior castillo; ya que el nuevo lo hicieron, como sabemos, de nueva planta; los signos de cantero, como decía Prades, “no engañan”).
Y sobre el año de construcción del castillo podríamos aventurar lo siguiente (veremos si cuando se descubra esto esta predicción es acertada):
Como vimos en el libro de la historia de Mesones, en 1254 Jaime I asigna a Fernando Garcés de Rota, por la custodia de diversos castillos en el reino de Valencia, la mitad de todas las cenas, pechas y homicidios de Mesones, así como también de otros pueblos de la comarca. Y el castillo sabemos que fue del rey y de los templarios (no solo son evidencias, “todo” lo confirma). No parece probable, pues, que el castillo se estuviera construyendo en este momento, sacando el dinero de Mesones para llevarlo a otro sitio. Y por todo lo que he ido publicando (contando también con la ayuda del libro de Eloy, como ya dije) no parece posible que en este momento estuviera ya el castillo terminado.
Y tenemos el dato de los privilegios dados por el rey Jaime a Mesones en abril de 1263 (como en Sádaba; habría que mirar también los de Castejón), como ya hemos visto varias veces. Si en este momento ya podía estar terminado el castillo, no convendría retrasar mucho más la fecha de comienzo de las obras después de 1254, para poder construir semejante castillo. Por lo que el año de comienzo podría estar sobre 1255 o 1256, para que les diera tiempo a terminarlo, al menos, a comienzos de 1263. Creo que es una posibilidad más que razonable.
Buen final con esa foto para otro buen reportaje. No tengo dudas de que lo hicieran así.
ResponderEliminarGracias por tu interés de Mesones y el Castillo.
ResponderEliminarY sabes darnos a conocer tanto secreto ..
Grande Lucio. Historia, sabiduría popular, hipótesis y preguntas, misterio... Un artículo muy enciclopédico. Gracias por las menciones. Las fotos, geniales.
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